ASTURIASDIARIO.-El Real Oviedo se juega el domingo casi todas sus opciones de disputar la fase de ascenso, en territorio hostil, El Sadar, y en una jornada decisiva en lo alto de la clasificación. Los azules necesitan una victoria para distanciarse del Osasuna (están 2 puntos por debajo) y para frenar, al mismo tiempo, la racha de los rojillos (5 partidos invictos). Al Oviedo solo le vale la victoria para volver a meterse en los puestos de promoción, antes de recibir, en el Tartiere, a otro equipo que ya es ‘carne’ de Segunda B (Sevilla Atlético). Y aún así, ya depende de terceros, y de los resultados que depare el Cádiz-Zaragoza -sexto contra cuarto; y el Lorca-Numancia, que se disputó ayer. Al equipo de Anquela le conviene un reparto de puntos entre gaditanos y zaragozanos, pero en el fútbol las carambolas no se producen todos los días. El Oviedo llegará a El Sadar sin haber solventado las dudas en su juego, y tras una sufrida victoria (2-0) ante el Lorca -ya descendido- que el domingo jugó en el Tartiere con 10 jugadores casi una hora de partido. Anquela recuperó la semana pasada la defensa de cinco -con Forlín en el centro de la zaga- pero no podrá repetir alineación ya que el lateral Mossa, uno de los mejores del partido ante el Lorca, vio la quinta tarjeta amarilla. Y solo le queda un zurdo en la plantilla, Francisco Varela, que apenas ha jugado. El técnico mantendrá a Folch y Rocha en el pivote (la pareja de centrocampistas más solvente de la plantilla). Arriba, solo Saúl Berjón es intocable. Aarón Ñíguez sigue a medio gas y el italiano Fabbrini no acaba de cuajar en el ‘once’ del técnico jienense. A la desesperada, Juan Antonio Anquela ha devuelto la titularidad a Miguel Linares, que respondió el domingo con 2 goles, y el domingo volverá a dejar a Toché en el banquillo (lleva 15 partidos sin marcar). Pero ni el Osasuna es el Lorca, ni El Sadar el Carlos Tartiere, y podría hacer otros cambios para afrontar una de las cuatro finales que le quedan al Real Oviedo, aunque dispone de muy poco fondo de armario. El banquillo no ha dado la talla y las puertas del Vetusta están cerradas, y con sus jugadores pendientes de disputar la fase de ascenso a Segunda B. Contra el Lorca, las subidas de Mossa y Johannesson aumentaron las ocasiones y el peligro (14 disparos, 9 saques de esquina, 3 fueras de juego), pero sin el lateral valenciano, el esquema del Real Oviedo queda descompensado. Pocas alternativas le quedan a Anquela, que saldrá ‘con lo puesto’ en El Sadar, donde el Osasuna no gana desde el pasado 3 de marzo. Desde entonces, suma dos derrotas, contra el Zaragoza (1-2) y el Tenerife (0-1) y dos empates, ante el Córdoba y el Lugo (ambos 1-1). El Osasuna es uno de los peores equipos en casa, donde solo han ganado 6 de los 19 partidos que ha disputado en lo que va de temporada, con 9 empates y 4 derrotas. Pero a pesar de sus frecuentes tropiezos, los rojillos son novenos, a solo un punto del Valladolid, y a dos del Real Oviedo. Tras descender el año pasado, el Osasuna era uno de los favoritos para el ascenso directo, pero ahora se conforma con meter la cabeza, in extremis, en la promoción, tras haber permanecido 16 jornadas en puestos de promoción.
El equipo pamplonés se reencontró la semana pasada con la victoria, tras encadenar una derrota y 4 empates, que redujeron al mínimo sus opciones de disputar la fase de ascenso. Pero los 3 puntos que se llevó del campo del Nástic (0-2) han dado oxígeno a los rojillos, que comparten un problema con los azules: la falta de un delantero determinante y con gol. Su máximo artillero es Enrique Barja (8 goles), seguido de Francisco Jiménez (Xisco) y David Rodríguez (6). El Osasuna es un equipo poco goleador (40 tantos a favor) pero duro atrás (30 en contra). Es el segundo equipo que menos goles encaja, tras el Cádiz (23). Su portero, Sergio Herrera, que el año pasado jugó en el Huesca a las órdenes de Juan Antonio Anquela, solo ha recibido 30 goles en 38 partidos, y en 17 ha dejado su portería a cero. En el partido de ida, el Real Oviedo logró la victoria con un tempranero gol de Diegui Johannesson (1-0) de cabeza, a pase de Linares, en un partido marcado por la tormenta ‘Ana’, que anegó el césped del Carlos Tartiere y anuló el juego de ambos equipos. El Oviedo parte con ventaja en su golaverage particular con los rojillos, pero a los azules no se les da bien El Sadar. Los dos últimos partidos disputados en Pamplona, acabaron sin goles. El partido más importante de la temporada (hasta ahora) para el Real Oviedo, también estará marcado por las amenaza de sanción que pende sobre jugadores clave. Christian, titular en la zaga, tiene 14 tarjetas amarillas. Saúl Berjón, imprescindible en la banda, tiene 4. Tal vez, el ‘mal menor’, sería que ambos vieran una cartulina en El Sadar, para perderse el próximo partido, ante el Sevilla Atlético en el Carlos Tartiere, y afrontar con el contador a cero los siguientes y dos últimos encuentros, mucho más complicados: un viaje a León y la última jornada, de infarto, ante el Huesca, cuando podría decidirse quién asciende directo, y quién promociona. Esa misma tarde (3 de junio) se enfrentarán otros cuatro equipos por un pase para disputar la fase de ascenso: Valladolid-Osasuna y Granada-Cádiz. Ya llegará el momento de sacar la calculadora pero, por el momento, todo pasa por Pamplona.