¡Al que no le guste que no mire! … ¿Segur@?
La solidaridad, como decía en el pasado post, es algo innato. Pero también es cierto que esta característica la tienen más potenciada unas personas que otras, y también aquí vale eso de “se nace, pero también se hace”.
Uno puede tener tendencia a ayudar a los demás pero reprimirse por múltiples motivos, entre ellos el qué dirán o pensarán.
Pues … ¡al que no le guste que no mire! Pero no siempre es así.
Ah, ¿que no te lo puedes creer? A ver… un caso práctico:
Ves a una persona, con ropas viejas, desgastadas, sucias… la verdad es que huele mal porque hace días que no ve el agua, ni su ropa ni ella. Cojea. Se te acerca y te pide que le ayudes a caminar unos metros, se dirije a un lugar que te pilla de paso, pero tiene mal la cadera y le cuesta caminar, es más… podría caer y rompérsela.
¿Qué haces? ¿Aceleras el paso para “quitártela de encima” o le brindas tu brazo?
Más aún…
Si escoges la primera opción: ¿lo haces por falta de solidaridad o porqué?
si escoges la segunda opción: ¿lo haces porque no sabes negarte o por solidaridad?
Y sigo… si escoges la segunda opción de la segunda opción (esto empieza a complicarse), es decir, le brindas tu brazo porque realmente eres una persona solidaria: ¿vas pensando que qué pensará la gente con la que te cruzas o le regalas tu sonrisa y una conversación de la que, seguramente, carece?
Y ahora… ¿piensas igual al final que al principio de comenzar a leer el post?
P.D. Hoy estoy preguntona ;-)
1 comentario
# loco Responder
31/05/2011 12:21Me parece que te comes mucho el coco, tio. Cuando una persona necesita tu ayuda lo que menos le importa son los por qué la ayudas. Le echas una mano y punto.