En principio parece que no tienen mucho que ver… ¡pero ya lo creo que sí! 

Son dos características innatas, diría yo, al ser humano.  Porque todos somos networkers en mayor o menor medida (¿quién no ha preguntado alguna vez a otra persona si conocía a tal profesional, o que le aconsejara un lugar donde conseguir algo?) y también somos solidarios (¿quién no ha sonreido a ese niño necesitado de consuelo, ayudado cuando nos lo han pedido… o donado algo en alguna ocasión?)

Y para demostrar que son más que compatibles os contaré la historia original de Solidari@s.

Estoy organizando un evento solidario en Madrid, a favor de Haití (“Solidari@s, Somos Haití”) muy complicado pues tiene 3 partes diferentes: subasta, cena solidaria y congreso.

Y claro, estoy con el radar puesto casi a todas horas a ver quién es el mejor ponente para tal mesa o tal ponencia o tal taller;  qué deportista o artista puede ser interesante para la subasta; qué artista queremos invitar a nuestra cena…

Una vez que tengo localizada a la persona adecuada paso a la segunda fase: ¿Cómo puedo llegar a ella? ¿Quién podría conocerla o conocer a alguien que la conozca?  En esta fase busco entre mis conocidos: los que veo que se relacionan con esa persona en las redes sociales,  porque comparten profesión (o profesión relacionada con), misma localidad de residencia… o, símplemente, lanzo el reto al aire.

Y la teoría de los 6 grados no es cierta!  Nop! Son menos!  Ahora, con las redes sociales todo se agiliza, no tienes 100 contactos, tienes 1000 y no son necesarios 6 intermediarios, con 2 o 3 ya llegas.  Ahora bien, que cuando llegues sea una persona solidaria o no... eso es otro tema!

Realmente, sin networking nunca hubiera pensado siquiera en montar este evento.  Os garantizo que funciona, y… para muestra un botón: