Nuestros abuelos, padres y demás viejecitos, los sabios de estos tiempos han tenido el "descuido" de haber nacido en en los años 40/45 o incluso años atrás,y ese fué su gran error, años en los que sufrieron las penurias del hambre y de la guerra, años donde todo se compartía, donde el que tenía más le daba al que tenía menos, donde los hijos no eran una esclavitud ni una carga, y ahora, después de una vida de lucha y sacrificio-porque ellos si saben lo que es el sacrificio-llegan a una época en que sus descendientes, perdidos, y carentes de valores, les mandan al asilo y abandonan a su suerte y cuando una vez enfermos llegan al hospital, son desechados porque es muy caro gastar recursos en sus tratamientos.
Un señor de 70-80 años, es capaz aún de vivir bien otros 15 o 20 años, ¿Alguien que lea esto es capaz de añadir un sólo dia a la medida de su vida?.
Tan sólo es necesario darle una oportunidad de vivir y poder seguir disfrutando de su pareja,de sus hijos, de sus nietos y de sus compañeros de fatiga.
El siglo XXI es un siglo de grandes avances médicos, de excelentes fármacos, de excelentes profesionales médicos, el siglo donde la longevidad ha llegado a cotas deseadas hace pocas décadas y por causa de la cultura de la muerte, el hombre es un lobo para el hombre.
El derecho a vivir del no nacido y el derecho a no morir del anciano, dos premisas que deben inculcarse en nuestra sociedad para evitar su destrucción.
El derecho a no morir del anciano, del que tanto nos puede enseñar, del que tanto nos quiere y nos quiso y el derecho a vivir del no nacido, del futuro de nuestro planeta, del que tal vez algún dia sea el/la descubridor/a de la cura contra el cáncer o de quien dé compañía al solitario,cobijo al vagabundo y alimento al hambriento, es lo que debiera imperar en este nuestro pequeño mundo. En caso contrario la sociedad como tal, está llamada a su propia autodestrucción.
Muchas páginas, muchos escritos han hablado sobre temas similares, grandes personajes lo han reclamado, pero la dura cerviz del hombre y el ansia de mirarse a si mismo hace que sean palabras que caen en saco roto, tal vez, algún dia, nuestros ancianos sean vistos como personas con derecho a ser tratados como tal.
Mientras tanto, yo seguiré intentándolo.