Los padres lo sabemos o lo suponemos: que las “porquerías” nombre que le da un adulto a las llamadas chuches de los niños no son saludables es sabido o supuestamente imaginado, no sólo por padres, sino por el resto de la humanidad.

Pero también es cierto, que siempre hay algún momento de tentación, donde no nos resistimos a caer en la tentación de abrir alguna que otra bolsa y dársela a nuestros hijos.

Pues bien, ciertos productos que actualmente están siendo comercializados por nuestros canales distribuidores y pasando por los departamentos de calidad a través obviamente del ministerio de sanidad, están contaminando nuestro organismo sin que nadie oficialmente nos avise.

Otros venenos al menos en sus cajas avisan de que son perjudiciales para la salud, que pueden provocar cáncer o que esta prohibida su venta a menores de cierta edad.

En este caso, alimentos destinados fundamentalmente  al publico infantil, contienen cartón, derivados del petróleo, nitrato de sodio para mantener vivos los colores de esas chuches tan atractivas (después de meses y meses en los vitrinas), acetonas y entre otros componentes nocivos, tartracinas,glutamato monosódico.

Aunque la tartracina es un colorante autorizado, el consumo excesivo de golosinas coloreadas con tartracina por niños es un tema que merece toda la atención de los padres y es parte del debate en salud pública en la Unión Europea (la HACSG no recomienda su uso), podemos encontrarlo en las bolsas, bebidas, etc. como el famoso E-102 en Europa o el Yellow-5 en Estados unidos.

Están relacionados sin demostrar con la hiperactividad en los niños, especialmente cuando ha sido mezclado con otro E, el 210-215-los benzoatos.

También los asmáticos pueden experimentar síntomas, ya que actúa como agente liberador de histamina.

Muchos o casi todos los componentes de estos excipientes,son causantes a corto y medio plazo de alergias, rinitis, dolores dé cabeza, estreñimiento y un largo etc., que muchas veces no sabemos a que achacar.

Estos componentes nocivos derivados en su mayoría  del petróleo se adhieren a las paredes intestinales que es imposible disolver, ya que al no tener fibras se incrustan y es muy difícil eliminarlos, de ahí todos esos síntomas nombrados anteriormente y algunos otros no descritos aquí.

En Japón y Australia, diversos productos destinados, ya no solo a los niños sino al publico en general están terminantemente prohibidos, ya que se han dado cuenta del mal que acarrean, dos civilizaciones para nada sospechosas de no estar a la vanguardia en lo que se refiere a la protección y cuidado de la salud.

En algún país, la mayoría de los medicamentos genéricos contienen tartrazina, que no potencia la composición del fármaco, pero si tiene nefastos efectos secundarios.

Y la pregunta es, ¿Como en los EEUU, sociedad avanzada y a la ultima permite estos productos? De allí salen el mayor porcentaje de industrias fabricantes, grandes intereses económicos impiden que sean eliminados del canal distribuidor.

Nuestro país tiene la ocasión como otros de cortar y evitar que nos sigan envenenando con productos totalmente nocivos, o al menos imponer leyes en las que se obligue a las grandes empresas alimentarias a introducir en sus componentes excipientes que no sean nocivos para la salud.

Mucho ¡0jo!, muchos de estos componentes, en la mayoría de los casos no vienen con su nombre original, sino con su careta, es decir, el famoso-E.

Mucho ojo al mirar los ingredientes y averiguar si el E            correspondiente, no es gato por liebre.

En próximos escritos, si os interesa, iré publicando los significados de los famosos E.

Mientras tanto y tanto, atentos a lo que os lleváis a la boca…….

Chuches? ¡Ojito a cuales!