Marcus Thomason era un agente de bolsa ya veterano. Había ganado mucho dinero años atrás y se apeó del ambicioso tren de los sacos rotos justo antes de la crisis de la subprimes. Tenía 53 años, era alto y corpulento, un tipo parecido a James Brolin. Contactó con Margot a través del blog, siendo el primer hombre que publicaba un comentario desde su creación hacía tres semanas.
Marcus vivía en el Upper East Side, pero cuando llegó a Nueva York hacía 25 años no tenía ni un centavo en el bolsillo. Lo que sí tenía era su mano derecha rellena de la mano izquierda de Bernadette que con su minúsculo cuerpo conseguía calentar hasta los dientes de su marido, como un fuego en un iglú.
Sin embargo el año pasado su hijo Charlie murió de leucemia en apenas dos meses. Bernie le pidió que les hiciera una foto a ella y a su niño de 16 años mientras estaba aún consciente. Tenía la foto pensada, le dijo dónde tenía que ponerse para sacar el mejor ángulo y el mejor toque de luz, los dos salían sonriendo uno frente al otro mientras se miraban fijamente y tocaban punta con punta su nariz. Era una foto preciosa o eso le pareció en su momento. Pero la madre sólo intentaba para el tiempo, aunque significara perder a su marido desde entonces y congelarse ella misma en vida.
Marcus decía que aquella foto ocupaba 2x2 metros en la pared más clara de la sala de estar con vistas a Park Avenue. Tan fijo estaba el cuadro a la pared como el sillón de piel marrón lo estaba a otros dos metros de las dos caras. Bernadette consiguió detener el tiempo, recordaba los 16 años de vida de su hijo durante 18 horas al día sentada delante de la foto, como viviendo un instante interminable, gracias a aquella foto y aquel sillón, en que mira
sonriente a Charlie y siente el calor febril de su piel y su aliento de fármacos.
Margot tenía siete años cuando le preguntó a su madre ¿Qué harías si te quedara sólo un día de vida? Ella contestó: me sentaría en nuestro sofá mirando los árboles del Crotona Park, te pondría en mi regazo y me quedaría abrazada a ti hasta que muriera.
Recordaba también que viendo con su amiga Monique el estreno en video de Forrest Gump, ésta había parado la cinta justo antes de que la moribunda Jenny se despidiera de Forrest en su bucólica cama de Alabama. –Déjalo así Margot-. Dijo levantándose a duras penas de la alfombra llena de palomitas.- Ya tengo suficientes penas reales como para añadirme penas de película. Me quedo con que vivieron felices y comieron perdices, me servirá para llegar hoy a casa creyendo todavía que el amor es cosa de vivos.
Pensad y respondedme:
¿Qué es lo más importante que tenéis que, de tenerlo en las últimas horas de vuestra vida, os daríais cuenta de que ese corto tiempo sería el más aprovechado de vuestra existencia?
Siéntete mal si realmente eso por lo que te sientes mal es realmente importante ahora, mañana y dentro de 10 años.
José Ángel Caperán
Psicólogo y coach en Gijón
Twitter @Jcaperan
11 comentarios
# Serafín Responder
28/09/2012 16:01Esto tuvo que ocurrir fuera de España ¿no? Seguramente que los de Park Avenue, piensan de manera diferente que los del Parque Isabel La Católica.España es diferente y Gijón con sal.Aquí lloramos con 'Sálvame de luxe' por si no tenemos bastante con la vida
# cupido Responder
28/09/2012 17:28El último día de mi vida, no a mis cien años,sino a mis taytantos, me gustaría conducir ese coche que me gusta. luego me gustaría pasar la noche entera con esa mujer, invitarla a un restaurante, acostarme con ella, descubrir cómo es el cielo antes de morir.
# Canción Responder
28/09/2012 19:09Si te falta la salud, porque vas a morir, lo más importante es el amor: De tu amante, amigos, familia..Sentirse querido es el motor que te impulsa a vivir, y morir en paz
# romeo Responder
28/09/2012 22:37Si una fatalidad me quitase la vida, aparte de no terminar el proyecto..., hay cosas que no le he dicho, que a lo mejor le gustaría saber...y que también, por eso, me dejo mi vida incompleta.Se lo voy a decir hoy, por si acaso.
# Manuel Responder
30/09/2012 12:30Hace tiempo que las relaciones con mis padres no va. Llevarle flores al cementerio luego no va a arreglar los problemas y hacer que sepan ahora que yo
# Heidi Metal Responder
30/09/2012 21:50Cuando llegue mi momento, espero seguir alegrándome, como cada día de mi existencia ,de no tener nada pendiente que decir a quienes han ido pasando por mi vida, nada que no haya dicho ya. Con o sin diplomacia, y siempre sin mentir. No puedo decir más.
# Norman C. Responder
30/09/2012 22:58La gran tragedia de la vida no es la muerte.La gran tragedia de la vida es lo que dejamos morir en nuestro interior mientras estamos vivos.
# sofi Responder
01/10/2012 10:05Si pudiese elegir, mis últimas horas de vida las pasaría exactamente igual que la tarde de ayer; en el mismo lugar y con las mismas personas, las de siempre.
# estrella Responder
03/10/2012 08:01Si sólo me quedarán unas horas de existencia, daría muchos abrazos, a todos los que abrazo día a día y también a los que tal vez ,en el día a día, por las malas costumbres o por las prisas, tengo más olvidados.
# mara Responder
04/10/2012 14:33para este post has elegido a uno de mis pintores favoritos, porque es de Hopper, verdad?
# José Ángel Caperán Responder
06/10/2012 19:13Garcias a tod@s por vuestra participación. Sí Mara, nada mejor para representar a la protagonista de esta historia que un cuadro de Hopper