Lo normal es que me encuentre, no ya en consulta sino en la calle también, con personas que primero atiendan a sus defectos que a sus virtudes.
Te contaré la historia de la "Isla de las Tortugas":
Hace millones de años, justo antes de que un meteorito asolara el planeta, en una isla poblada de pequeños dinosaurios, llegó del cielo un ser extraño. Este personaje dio a cada dinosaurio una pastilla, como una aspirina, dentro de una canica de cristal. Les dijo: - Esto que os doy os salvará la vida, sacarle el máximo provecho. La esfera era hermosa, de colores brillantes y parecía muy frágil.
Todos aquellos dinosaurios tomaron la canica y la fueron rápido a guardar por temor a los robos. No fiándose de nadie, optaron por tragársela y alojarla en una parte de su cuerpo inaccesible y que sólo podrían recuperar regurgitándola. Era demasiado bella como para dejarla por ahí a la vista de todos. De esta manera cada dinosaurio contenía en su interior una deslumbrante canina con una medicina milagrosa.
A partir de entonces sus vidas cambiaron, todo era desconfianza, todos los gruñidos eran interpretados, erróneamente, como amenazas e insultos, todo era temor a perder el regalo del extraterrestre. Como lo que tenían dentro era demasiado valioso y sus cuerpos eran demasiado débiles para resistir tanta hostilidad comenzaron a desarrollar una extraña costra en la espalda. El objetivo no era otro que proteger la esfera de toda la envidia y males de aquella isla. Tanto se desarrolló el cascarón que su peso hizo que comenzaran a reptar por el suelo y su tamaño provocó que sólo se le vieran los pies, la cabeza y la cola. Se habían convertido en lo que ahora llamamos tortugas.
El dolor que el caparazón les provocaba lo soportaban estoicamente porque suponían que éste les protegía de dolores mayores del exterior, como un chaleco antibalas de miles de toneladas. El dolor era tal que en su cabeza no había sitio para acordarse de la esfera y la medicina, ni del consejo del alien: - Esto os salvará la vida.
A los pocos días cayó un meteorito y asoló la Tierra. El caparazón salvó a aquellos dinosaurios enanos. Todos creyeron que el dolor merecía la pena con tal de seguir vivos, se sintieron aliviados de vivir doloridos. Su gesto era de disgusto, de enfado constante, pero estaban vivos.
Cuando volvió el extraterrestre les preguntó extrañado -¿Qué hacéis todavía aquí? ¿Por qué estáis viviendo arrastrados con lo peor de vosotros mismos transformado en una gruesa cáscara? Yo os di una pastilla en una esfera de cristal para que la rompierais sin miramientos y la tomarais rápido pues se trataba de un crece-alas que os hubiera permitido volar hasta la montaña más alta de la isla y salvaros. Habían sido unos "avaros de sus virtudes".
Nuestra naturaleza nos ha dado el don de la prudencia, sin embargo, el ser humano ha viciado esta virtud hasta el punto de igualarla al miedo. En nuestra memoria, ya sea por seguridad o por temor, siempre prima la atención en nuestros defectos. Otra cosa es que los reconozcamos conscientemente. Atendiendo a nuestras debilidades nos anticipamos a los peligros y dejamos de hacer cosas que realmente no atañen peligro alguno simplemente por precaución.
Preguntaros: ¿Para qué queréis vuestras virtudes? ¿Por qué no las cultiváis y las mostráis? ¿Por miedo a que os dañen? ¿Es mejor vivir en los defectos para que no lleguemos nunca a la decepción ni a dañar nuestro orgullo? ¿Es mejor vivir a medio gas?
Un abrazo chic@s!
José Ángel Caperán
@Jcaperan
21 comentarios
# Marián Responder
19/03/2012 13:47No se puede ser diferente, no esta bien visto y hay que machacar al bicho raro, por lo tanto, muchas personas por miedo a que les dañen se esconden tras su caparazón, para ser igual que los demás e intentar pasar desapercibido lo más posible.
# José Ángel Caperán Responder
19/03/2012 17:07Gracias Marián! Es muy frecuente vivir temiendo ser destrozado por un comentario, por un mero gesto. Pero el que da poder a los demás para que lo juzguen es que él mismo se ha dicho todo eso negativo mucho antes.
# José Ángel Caperán Responder
19/03/2012 17:09No hay nada peor para un inseguro que darse cuenta de que el mundo se ha dado cuenta de lo peor que piensas de ti mismo. Se ha de trabajar el origen de esa inseguridad, no buscar el origen en los demás con excusas como "me tienen manía, me odian, etc"
# gijonesa Responder
19/03/2012 21:24Con que exisitiera "prudencia" a la hora de enjuiciar a los demás ¡qué bien nos iría a todos!. Sería un gran paso.
# Marián Responder
20/03/2012 09:49En el fondo y en general nos gusta machacar al que vemos diferente o al que creemos es mejor que nosotros, eso nos hace sentir mejor, o más fuertes o más seguros. Vive y deja vivir y no hagas a los demás lo que no que no quieres que te hagan a tí son dos
# Marián Responder
20/03/2012 09:52las dos grandes reglas de oro que todos deberíamos seguir y aprender. No juzgues y no te juzgarán (cosa muy teorica), pero al menos te sentiras con la fuerza moral de no dejar que los demás te juzguen. La vida es más sencilla de lo que nosotros la hacemos
# José Ángel Caperán Responder
20/03/2012 13:26Efectivamente "no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan", el problema es que nosotros mismos nos hacemos daño y la única defensa para distraer la atención de nuestro "auto-torturador" es hacer sufrir a otros.El problema es que no nos conocemos.
# Marián Responder
21/03/2012 08:34Muchas veces si nos conocemos pero no sabemos como dejar de autocastigarnos, puede ser que lo hayamos aprendido demasiado bien y no encontramos el mecanismo de desactivación. Las personas que te rodean pueden fomentar este autocastigo mediante la culpabil
# Marcos Orense Responder
21/03/2012 09:53Siempre me han inculcado el dicho: "es mejor un por si acaso que un quien lo supiera...", y yendo en contra de cualquier dictamen, proveniente de donde fuese, al final me he topado (no siempre!) con que tenían razón. Cuando es el mejor momento...?
# Marcos Orense Responder
21/03/2012 09:59Vivimos en una constante espiral por caer bien o tal vez por conseguir afecto y eso nos lleva a no ser nosotros mismos por el temor de no "encajar" con el resto. El precio que hay que pagar por ser uno mismo es elevado, pero muy gratificante!.En eso estoy
# José Ángel Caperán Responder
21/03/2012 12:57Gracias Marcos y Marián! El ser humano ha evolucionado a través de la competición, que no es más que "comparación". Definimos nuestra vida en comparación de la vida de los otros, por eso tendemos a reprimirnos como si nos estuviéramos en una dictadura.
# José Ángel Caperán Responder
21/03/2012 13:01Está surgiendo, cada vez más, un interés por el desarrollo personal y una búsqueda de lo que realmente nos hace felices.Se busca romper los esquemas.Las librerías están atestadas de gente en la sección de Autoayuda.Aunque uno solo es difícil lograrlo.
# Lolo Responder
21/03/2012 20:35No se si la crisis favorecerá la visita a los psicólogos, buscando autorrealización, buscando orientación para triunfar. Pero si no hay dinero para pagar al clínico...el psicólogo no va a tener a quien ayudar. Y si pagas las sesiones y no triunfas, te vas
# José Ángel Caperán Responder
22/03/2012 13:17Un psicólogo,como un coach,debe lograr resultados o, de lo contrario, podemos decir sin ningún miramiento que es malo.Asimismo un cliente debe asumir un compromismo y un esfuerzo con las acciones de mejora.Lo fácil es medicarse y distorsionar la realidad.
# Lolo Responder
23/03/2012 06:08La realidad depende del color del cristal: para el sicólogo es una y para el cliente es otra (pero es la suya). Ahora estamos en época del hazlo tú mismo y triunfa Ikea sobre conceptos tradicionales. Y así en todos los ámbitos.
# Nuria Ourense Responder
23/03/2012 11:02Hola, en mi opinión las críticas que verdaderamente importan son las que nos hacemos a nosotros mismos. En el caso de las tortugas, el miedo las cegó y paralizó impidiéndoles ver que la solución era romper la canica y tragar la pastilla. Gracias Caperán
# JL Responder
24/03/2012 08:02Para qué mostrarnos como dinosaurios si ese caparazón que hemos sabido que nos proteja tan bien de experiencias que ya nos han dolido en el pasado?. Lo importante es que ese dinosaurio lo disfrute "nuestra" gente. Lo difícil,recordar donde está la pastila
# Mara Responder
26/03/2012 13:33Y si la pastilla no fuera más que nuestros valores y virtudes que por miedo o por desconfianza o por inseguridad no fueramos capaces de poner en valor y de disfrutar de ellos??
# Mara Responder
26/03/2012 13:34Que nos da miedo? que los demas sepan lo que valemos y nos envidien? valorarnos en exceso y que nos ridiculicen? considerar que no es para tanto, asi que mejor no lo compartimos? tememos el fracaso y asi, si no nos arriesgamos, no perdemos nada?
# Anne Responder
26/03/2012 17:06Referente a “si eres diferente te tachan como un bicho raro”, pienso que si pudiéramos entrar en la cabeza de esas personas que te juzgan,lo que encontraríamos seria “que envidia! como me gustaría ser como el". Quien se apunta al club de los bichos raros?
# José Ángel Caperán Responder
26/03/2012 17:21Gracias Mara, JL y Nuria! Todos tenemos la capacidad para ser felices, de eso no cabe duda, los felices y seguros de sí mismos no son superhéroes con poderes. ¿Quién nos ha cegado como para que no accedamos a esa capacidad? Es clave la educación infantil.