Pinocho era un muñeco animado de madera de naranjo que siempre había creído que era un niño de verdad, hasta el día que empezó a compararse con sus compañeros de colegio. Los demás parecían tenerlo todo y a él no le resultaba fácil nada. Cuando llegó a casa se tumbó deprimido en el jardín mirando al cielo. Gepetto, padre inexperto, le preguntó – ¿Qué te aflige hijo mío? –Pinocho empezó a mentir:

-       Papá, no puedo tener amigos. Soy muy tímido.

-       Papá, no puedo gustarle a una chica. Soy muy feo.

-       Papá, no puedo aprobar los exámenes. Soy muy burro.

-       Papá, no puedo ganar un medalla. Soy muy lento ¡tengo dos patas de palo!

-       Papá, no puedo ganar un Nobel, ni un Óscar ¡ni un mísero Grammy Latino!

-       Papá, nadie me recordará cuando haya muerto.

Su nariz creció y creció a cada frase quejosa, hasta que la cabeza de Pinocho se hundió en la tierra por el peso de su narizota que ahora era un inmenso tronco de naranjo del tamaño de una secuoya. El árbol comenzó a ramificarse mientras Pinocho seguía compadeciéndose de sí mismo desde el subsuelo.

Del gigantesto frutal brotaron, como naranjas, niños de madera que caían a tierra para empezar una vida “normal”. Se diferenciaban de los niños de carne y hueso en que sólo podían sentir dos emociones: frustración y envidia. Y además sólo hablaban un idioma de dos frases: “no puedo” y “no es justo”.

El árbol se hizo tan grande y frondoso que cubrió con su sombra todo el planeta. Sus frutos-hijos de madera poblaron La Tierra relegando a los humanos a una pequeña aldea aislada en un lugar remoto como la Galia de Astérix y Obélix.

Hoy en el año 3000, en un mundo de personajes de palo, aún perdura la leyenda de los niños de carne y hueso que tenían un extraño poder mágico: la voluntad. Algunos dicen que eran personas como nosotros, aunque los hombres de palo no hacen mucho caso, prefieren pensar que fueron extraterrestres. Todos estos personajes los estudiamos en el colegio Nuestro Padre Pinocho “El Magno”, en una asignatura que llamamos Mitología:

Un tal Stephen Hawking que, paralizado de pies a cabeza, llegó a ser una eminencia científica ¡qué estupidez! ¡Pero si no puede! Un tal Steve Jobs creó un imperio tecnológico sin ser un buen estudiante ¡Pero si no puede! Un tal Pablo Pineda, hombre con Síndrome de Down, acabó una licenciatura, consiguió un Goya y una Concha de Plata ¡Pero si no puede! Un tal Oscar Pistorius corrió las semifinales de los 400 metros en un campeonato del mundo de atletismo sin piernas ¡Pero si no puede! Un tal Dan Brown, escritor más que mediocre hasta la fecha, vendió 80 millones de ejemplares con un solo libro ¡Pero si no puede! Un niño diminuto llamado Lionel Messi llegó a ser el mejor jugador de fútbol del mundo ¡Pero si no puede! Una chica inglesa más bien gordita y poco agraciada llamada Adele se convirtió en una leyenda de la música…

¡Ah! ¡Se me olvidaba! Todavía tenemos por aquí la pirámides de Egipto que, como todo el mundo sabe, las hicieron los extraterrestres ¿¡quién si no!?

Respóndeme: ¿Eres un hijo de Pinocho? ¿Ves a aquellos que tienen lo que deseas como una injusticia o como un aliciente? Las personas que han tenido éxito real en la vida es porque se lo han tomado como una necesidad, no vale sólo con desearlo. La necesidad es lo que enciende la llama de la voluntad.

Espero vuestras respuestas y preguntas.

@Jcaperan

jacaperan@gmail.com