Podemos destacar la atención que los indianos prestaron a la enseñanza, dando calidad a las edificaciones y equipaciones que debían tener éstas.
Su objetivo fue elevar el nivel de formación de los futuros emigrantes, evitándoles las malas experiencias de sus antecesores ante la escasa y a menudo nula formación de éstos.
Hubo una masiva construcción de nuevas escuelas a finales del siglo XIX y principios del XX, ya que hasta entonces la enseñanza bien se practicaba en los pórticos de las iglesias o el edificio docente carecía de los elementos más básicos, como falta de aislamiento del suelo, escasa iluminación y ventilación.
El inspector de Enseñanza Primaria Don Benito Castrillo Sagredo, destinado durante más de siete años en Asturias, fue uno de los mayores difusores de la aportación de los indianos y sus innovaciones pedagógicas.
A las nuevas construcciones se las dotaba de servicios higiénicos de vanguardia:
Número de lavabos, calefacción, ventilación y amueblamiento.
Se sustituyeron los colores oscuros de las antiguas aulas por una decoración clara. Así como comedores, bibliotecas y un gran espacio para el juego.
Se impartían asignaturas como contabilidad, Comercio, Idiomas.. etc. Indispensable formación para el futuro comerciante.
La sociedad protectora de la construcción “Naturales del Concejo de Boal”, se constituyó en La Habana en 1912, edificando más de treinta escuelas por todo el concejo.
Una escuela emblemática y que fue modelo de las siguientes, fueron Las Escuelas Graduadas de Boal.
El capital invertido sobrepasó las 350.000 Pesetas. Se construyeron en piedra, con amplios aleros y porches a los lados.
Poseía biblioteca, despachos, vestuarios y lavabos. Dos amplias aulas, una para niñas y otra para niños, con dos campos escolares para cada sexo.
Un impresionante edificio que hoy todavía podemos admirar si nos damos un paseo por Boal