Luarca, capital del concejo de Valdés ,es una hermosa mar villa marinera ,lugar de paso en el Camino de Santiago. Cuenta con lugares muy hermosos para ser visitados como el Faro o el Palacio del Marqués de Ferrera.

Pero en Luarca existe una famosa leyenda con ingredientes para una película de hollywood :

Acción, amoríos , y un famoso pirata llamado Carambal, cuyo nombre lleva el barrio de pescadores de la villa. El protagonista de la historia es un puente, Llamado “”El puente del Beso”.

La historia se desarrolla en la  Edad Media, cuando en el Mediterráneo  se paseaban a sus anchas bajeles turcos y argelinos capitaneados por piratas que capturaban a cuantas naves encontraban, saqueando y asesinando sin piedad.

A veces llegaban hasta el Cantábrico, saltando los pueblos costeros, donde raptaban doncellas que luego vendían como esclavas en los mercados de Argel.

En estas aguas era famoso el pirata Carambal, que capitaneaba un ligero bajel. Los pescadores no se atrevían a zarpar para buscar el sustento,  por miedo a ser capturados, cebándose el hambre sobre sus familias.

Entonces el Gobierno tomó cartas en el asunto, enviando navíos de guerra para capturar al bandido. Pero no lograron coger a la rápida goleta pirata.

En la villa de Luarca residía en un hermoso palacio construido sobre la roca un noble caballero, que harto de la situación, decidió por su cuenta capturar al pirata.

Dieron con él en alta mar y el pirata creyendo que era otra presa se dispuso para el abordaje.

Se desató una feroz batalla entre los dos buques, donde el capitán pirata fue gravemente herido. El noble dio orden de que el maltrecho  filibustero y los supervivientes fueran trasladados a la villa como prisioneros.

Carambal fue alojado en las estancias del palacio, donde  la hermosa hija del señor se encargó de curar sus graves heridas. Estuvo durante días entre la vida y la muerte no alejándose de él la hermosa doncella ni un momento. En sus horas de sufrimiento   el pirata reparó en la joven enamorándose de ella perdidamente.la bella asturiana también se prendó del prisionero.

Confesándose su amor decidieron huir juntos donde nadie se opusiese a sus sentimientos, citándose  una noche a la orilla del mar.

La joven esperó a que su padre durmiese para salir del palacio, llegando al embarcadero donde le esperaba su amado pirata con la nave fondeada cerca de la orilla.

El padre fue avisado de la fuga y sorprendió a los enamorados dándose un apasionado beso. Preso de la ira levantó su espada y de un solo tajo cercenó la cabeza de los dos amantes que rodaron al mar mientras sus cuerpos permanecieron para siempre abrazados.

Sobre el lugar donde cayeron los cuerpos, se construyó un puente,  hoy todavía en pié, llamado “El Puente del Beso”