En la música tradicional existía un claro reparto en cuanto a género en el uso de instrumentos musicales.
La pandereta y el pandero eran instrumentos femeninos bien por cuestiones rituales o cualquier otro tipo.
Las mujeres tocaban para acompañar en el baile y en los ramos. También sabían romances y añadas que pasaban de una generación a otra por tradición oral.
Si un hombre tocaba la pandereta, siempre era objetivo de burlas y mofas por parte de sus vecinos.
Diose el caso en el pueblo de Bimeda de un mozo, que respondía a las chanzas con esta copla cuando tocaba para el baile:
“como no tengo tetas
Como las mozas
Se me baja el pandeiro
A las pelotas”
La gaita y el tambor eran uso exclusivo de hombres. En la actualidad es muy frecuente ver a mujeres en bandas de gaitas, aunque en Asturias no hay tradición en estas formaciones.
Pero en Escocia y la Bretaña ya existía esta costumbre. En el país Galo la participación de la mujer se hizo presente a partir de la Segunda Guerra Mundial, no así en Escocia que no fue hasta los años 80, quizás por una fuerte tradición musical.
En Asturias la mujer que se atreviese a tocar la gaita o el tambor, era considerada poco femenina, o lo que era peor “ligera de cascos”, dentro de una sociedad cerrada y machista.
Aunque hay datos de mujeres que se atrevieron a contravenir las leyes sociales. Se dio el caso en Oviedo en el Siglo XV de una gaitera en la Catedral de Oviedo.
En Gijón hasta los años 80, fue muy famosa Hilda “La Mariñana”, de la familia “Los Mariñanes” famosos en la zona de Villaviciosa de donde eran naturales por ser grandes bailadores.
Hilda “La mariñana vestía con el traje tradicional de paisano tocando el tambor, y era frecuente verla en el desfile de Las Carrozas de Gijón con el bolso colgando y tocando para los grupos folclóricos.
Sí por el contrario era habitual ver a mujeres acompañando con el bombo a ciegos que andaban por los pueblos tocando el violín o el rabel cantando romances o suceso sde la época.