Un Romance es un poema característico de la tradición oral que  se compone usando la combinación métrica homónima.

Se popularizó en el siglo XV, que es cuando se recogen por primera vez por escrito en colecciones denominadas Romanceros.

Los Romances poseen una gran variedad temática:

Podían ser religiosos, históricos, amorosos, de crímenes, incidencias políticas, etc.

Se interpretaban declamando, cantando, o alternando canto y declamación.

Existen varias teorías sobre el origen de los Romances:

La primera sostiene que estos  poemas surgieron de cantinelas épico-líricas de autores anónimos o colectivos, y que transmitiéndose oralmente se fueron modificando y ampliando.

Otra teoría supone su origen en el  “Mester de Clerecía” (u oficio de los clérigos) que siendo los poseedores de la cultura, podían conocer los hechos históricos y religiosos,  redactándolosos mas tarde y difundirlos a través de los juglares.

Ramón Menéndez Pidal, creó el concepto del “Neotradicionalismo”, teoría según la cual los Romances surgieron de la fragmentación de los cantares de gesta o epopeyas medievales tales como “El cantar de Mío Cid” o “El Cerco de Zamora”.

Estos poemas cantados por los juglares circulaban no solo por las cortes y salones, si no también por ciudades y pueblos, donde la gente  los aprendía y continuaba cantándolos entre sí. De ésta manera, se fueron transmitiendo oralmente, y sufriendo modificaciones a lo largo del tiempo.

Los inicios de su difusión impresa comienza a partir de 1510, pero desde el siglo XVII hasta finales del XIX es cuando tiene su mayor auge por medio de los pliegos de cordel.

Estos contaban las historias por medio de grabados que eran leídos en las calles y plazas por ciegos y tullidos.

Estos pasquines toman la forma de cuadernillo de pocas hojas comenzando a ser una hoja doblada dos veces para formar ocho páginas. Se elaboraban en cortas tiradas ya que  se realizaban para agotar las sobras de papel sobrante de ediciones mayores de las  imprentas, por lo que el texto solía aparecer cortado al final por falta de espacio.

 Eran de bajo precio y sus grabados ayudaban a la comprensión  de la historia recitada.

A finales del siglo XIX con la aparición de la prensa, barata y popular, comienzan a desaparecer.