Ya llega el invierno y con él el frío y la nieve. Por Santa Lucía mengua  la noche y crece el día entonces es cuando se celebra el solsticio de invierno. Llega la Navidad donde se celebran  fiestas que van desde la Noche Buena hasta el día de Reyes ,pasando por los Santos Inocentes y Año Nuevo. En este tiempo se celebraban  los aguinaldos.

Los niños y mozos se juntaban en el pueblo  y decidían  quién era el encargado de decir donde se iba  quien guardaba lo que se recogía. Se formaban bandos  donde los más jóvenes  miraban y aprendían de los otros cada una de las funciones que se hacían en una trova de aguinalderos. La dirección de la ronda la llevaba el más “vieyu” también conocido como el caporal , mayoral o aguinaldero mayor.

De lo recogido por lo aguinalderos  se hacía cargo uno de los veteranos que llevaba un cesto  o costal de los cuartos. Al cesto se le llamaba “La marrana “ o  “La gocha”. También portaba un palo donde   marcaba con una navaja lo que se iba recolectando.

Recorrían el pueblo pidiendo de puerta en puerta; picaban  y al que les abría  les decían  “¿cantar o rezar o echar a andar?”.Si  los amos de la casa pedían que se cantase, se armaban con los instrumentos que traían zambombas, panderetas, botella de anís, y les deleitaban con un “canciu”. Si en la casa eran muy devotos o estaban de luto, tenían que rezar algo por las ánimas o por el difunto, por  ejemplo un padrenuestro o un avemaría.

Al terminar recibían una perrona o perrina , castañes, nueces, maíz, güevos o algún chorizo, entonces los cantos se remataban  con coplas de agradecimiento  por lo recibido:

Quédense con Dios señores

Nosotros con Dios nos vamos

Hasta el año venidero

Que en su casa nos veamos

Pero a veces encontraban alguna casa donde no recibían nada, entonces la chavalería entonaba coplas como ésta:

Allá arriba en aquel alto

Hay un perrito cagando

Pa los amos d´esta casa

Que no me dan aguinaldo.

Los chicos y las chicas hacían los bandos de aguinalderos por separado , siendo raro hacerlo todos juntos. Incluso en algunas zonas se realizaban en días distintos, y cada bando tenía sus propios cantares.

En los días posteriores con lo recolectado se organizaba una pitanza donde se invitaba a las mozas, haciendo una fiesta que terminaba con bailes.