RITOS DE PASO EN EL CICLO VITAL HUMANO: EL NACIMIENTO

El ciclo vital es el tiempo que trascurre desde la concepción hasta la muerte, donde hay estadios de desarrollo con sus rituales correspondientes.

Esta ritualización, lleva al proceso de socialización dentro de un grupo.

Primeras etapas del ciclo vital; embarazo, parto y nacimiento:

El embarazo era un gran acontecimiento, ya que aseguraba la continuidad familiar y daba la bienvenida a un nuevo individuo en la sociedad. La confirmación del mismo se hacía público mediante un toque específico de campanas regulares y cortas que anunciaban la noticia al grupo social.

Por ello, la menstruación en la mujer era mal considerada  ya que el objetivo de ésta  era concebir y parir.

Para lograr la concepción,  se podía recurrir a diferentes vías: tomar aguas de fuentes sanadoras y sagradas; o plantas como la borraja y la azucena.

Véase el romance:

Allí nace un arboledo

Que azucena se llamaba

Cualquier mujer que la coma

Luego se siente preñada

La época del embarazo era cuando la mujer recibía los mejores cuidados. Había que atender sus antojos y evitar el aborto o mal parto. Esta circunstancia no era tan mal vista, ya que la malparida, al año, ya estaba en condiciones de alumbrar de nuevo.

Para lograr un parto afortunado, la embarazada debía beber un vaso de agua en ayunas todos los días; y para conseguir que fuese rápido y sin grandes dolores, se debía colocar unas tijeras abiertas bajo la cama, o una llave debajo de la almohada. También se podía encomendar a diferentes santos como san Ramón Nonato o Santa Ana.

Morirse en el parto, sin embargo, santificaba a las mujeres librándolas del riesgo al infierno.

Después del alumbramiento, debido a que éste era considerado un acto de Dios, la placenta era enterrada para que no fuese comida por los perros y alimañas (como así ocurría con las de las vacas, por ejemplo).

La covada , costumbre con la que el hombre se acuesta con el niño recién nacido, es más bien un mito cultural en Asturias ya que no existen pruebas concretas y fidedignas registradas sobre ello. Posiblemente existiese antes de la introducción del cristianismo, pero con la llegada de éste, iría desapareciendo.

Esta costumbre es más propia de las culturas animistas, en las que se creía que los espíritus malignos podían aprovechar la debilidad del neonato y la madre y matarlo. Al meterse el padre, que representa la fortaleza, con la criatura en la cama, evitaría así que las fuerzas del mal se lo llevasen.

Mediante el bautizo, el niño es incorporado a la sociedad.

Los padrinos son escogidos de antemano y, en cuanto a la madrina, no deberá ser mujer preñada ya que podría morir su hijo o el bebé que lleve a bautizar.

A este sacramento no asistía la madre, ya que estaba impura y debía guardar la cuarentena. Pasado este tiempo debía ir a la iglesia con el niño. El cura bendecía a ambos a la entrada y los conducía al altar, portando la madre, una vela encendida.