Leo en AM que Santiago Auserón, Juan Perro para la generación posterior, ha sido uno de los platos más dulces de la Feria del Libro de Malabo, en Guinea Ecuatorial. Parece un breve del Gran Wyoming, pero no. Es cierto. Actuó el ‘radio futuro’ como siempre muy bien acompañado (Joan Vinyals, nada más y nada menos). El continente negro se vistió de mezcla. Auserón, además de ser un póster en la vida de uno, forma parte de la banda sonora de la vida de muchos. El autor de ‘Han caído los dos’, el inspirador de ‘La ley del mar, la ley del desierto’, el líder del mejor grupo español de los últimos 50 años (es decir, todos) ha enseñado su música en un libro muy cerrado. Mal llamado, aunque aproximado, el Dorian Gray del pop español, el recorrido de Auserón desde el Rockola hasta Guinea, pasando por el son de su propio nombre pero en Cuba, siempre está ahí, desde los tiempos del vinilo. No es un monstruo, no pasará a los libros de texto hasta que se imparta como dios manda la asignatura Historia de la Música, tan reivindicada por los viejos cocodrilos, los rockeros de la sala de mezclas, de mestizaje. Radio Auserón, Santiago Futura es un filón de compromiso, de buen gusto y de generosidad innatos. ‘De un país en llamas’, la obra cumbre del denominado en su día nuevo pop español, es una historia para releer, escuchar de nuevo, descubrir si alguien es joven y aún tiene el aliciente de no conocerlo. Es como ese morbo que satisface a quien todavía no ha visto ‘Casablanca’. Como diría el crítico: seriamente recomendable.