El diesel inteligente

El diesel inteligente

Si dentro del mundo de la automoción hay algo que evoluciono de forma vertiginosa, es el motor diesel. Las motorizaciones diesel dieron un vuelco importante en el momento que entraron en vigor las normativas europeas sobre emisión de partículas contaminantes a la atmosfera. Estas normas obligaron a los fabricantes a realizar inversiones importantes en los sistemas de combustión y llevándoles a ser pioneros en muchos de estos campos a nivel industrial.

Los primeros sistemas de inyección trabajaban con presiones de inyección más bajas que las actuales, en los años ochenta estábamos en presiones de 110 a 150 bares para motores de inyección indirecta y entre 150 y 250 bares para motores de inyección directa. Utilizados en vehículos industriales o maquinaria. En la actualidad si queremos cumplir la normativa que entrara este año 2013,  denominada EURO VI, las presiones de inyección se elevan por encima 3000 bares en muchas motorizaciones, por consiguiente nos podemos dar cuenta de la complejidad de la fabricación de estos materiales.

El elemento encargado de introducir el combustible diesel a alta presión en el cilindro del motor  se denomina inyector y el elemento que eleva la presión hidráulica , se denomina bomba inyectora de alta presión, hoy día dos de las piezas más caras de reparar en un automóvil por su complejidad.

Los sistemas de inyección no podrían cumplir estas normativas anticontaminación severas, si fueran sistemas puramente mecánicos, ya que las prestaciones exigidas a estos sistema son muy elevadas, y solo se puede conseguir mejorando su gestión con la aplicación de  tecnología electrónica, por eso decimos que son sistemas inteligentes.

Estas piezas imprescindibles para el funcionamiento del motor son gobernadas por un cerebro electrónico denominado UCE (UNIDAD ELECTRONICA DE CONTROL) cuyo coste en caso de avería es  elevado, es una pieza que da pocos problemas, pero la gran mayoría de veces que se avería es por desconocimiento de funcionamiento o por malas manipulaciones de los sistemas, como cuando un vehículo queda sin batería y alguien conecta las pinzas de arranque sin saber cómo hacerlo en estos vehículos, lo más probable es que se queme.

 

 

Estos sistemas inteligentes, en los motores llevan una serie de sensores que informan a esta unidad de control de parámetros necesarios para su funcionamiento y por el otro lado llevan actuadores que son los que ejecutan las ordenes, para su mejor comprensión diremos que el inyector es un actuador que inyecta el combustible en el cilindro  una vez lo ordena la UCE, emitiendo una señal eléctrica a este, en los motores antiguos él inyector era mecánico, solo abría por presión hidráulica, en los modernos el combustible no entrara en el cilindro si este no recibe señal eléctrica, aunque este con la presión adecuada, así conseguimos mantener el control sobre el combustible que es lo que nos interesa para hacer una combustión perfecta y emitir menos contaminación atmosférica.

En los componentes denominados sensores, estos son los que analizan los diferentes parámetros como la temperatura del agua, la temperatura del aire, temperatura de combustible, velocidad del vehículo, freno, dirección, etc...

Cuanta más información reciba la UCE, más compleja y mejor será la gestión del sistema, esto técnicamente lo denominamos sistemas de lazo cerrado, que hace que se consiga cumplir una gestión eficiente y eficaz del combustible y de la contaminación, sin estos sistemas seria complejo aumentar potencias y mejorar consumos, tan deseados por los conductores o propietarios de los vehículos.

En cambio un problema es la complejidad de las reparaciones, las cuales tendremos que pagar los propietarios de dichos vehículos en los que se montan estos sistemas, estas reparaciones son complejas y solo las podrán realizar laboratorios especializados o profesionales con equipación adecuada de diagnosis y de reparación. Los inyectores  denominados comain rail o de alta presión en los motores modernos, suelen necesitar una reparación a los 150.000km, costando su reparación unos trescientos euros por unidad y a veces incluso más según marca  y sistema empleado en la fabricación .

Estos sistemas sufren mucho al recibir de forma directa toda la temperatura generada en la combustión del cilindro, les influye también la calidad del combustible, que muchas veces deja mucho que desear, al estar contaminada de agua o suciedad debido a los depósitos de combustible de las gasolineras, que no cuidan con mimo estos contenedores industriales.

En la combustión en un motor de inyección directa, que es el sistema que prevalecerá a futuros por sus prestaciones de mejora contaminante, la tobera ( parte del inyector por donde sale el combustible) sufre de forma directa todo el proceso químico, vinculado en la combustión generada dentro del cilindro, donde la coquización de parte del aceite que se quema puede llegar obstruir los orificios de salida del combustible, restando potencia al vehículo y aumentando el consumo y al mismo tiempo la contaminación, al llegar el gas quemado en la combustión al catalizador en partes desproporcionadas y saturando de suciedad este elemento que deberemos cambiar con más asiduidad.

A los conductores nos gusta pisar el acelerador y que el coche camine rápido, pero para conseguir eso es imprescindible que el motor este en perfecto estado, por consiguiente el mantenimiento preventivo es la mejor vía de no desfasar la economía personal. Los sistemas al ser inteligentes, los fabricantes les aplican la ley de la obsolescencia y el abaratamiento de los costes de fabricación,  empleados en ciertos materiales tan beneficiosos para ellos y no para nosotros.

 

COMAIN RAIL!

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