El ser humano desde su evolución no causo tanto daño ambiental como lo estamos consiguiendo en estos momentos, vemos todos los días en las noticias las verdaderas consecuencias ambientales que produce nuestro sistema de vida e industrial. Groenlandia su masa de hielo la pierde en un 98% de su extensión, malformaciones en fetos humanos y animales nos ponen en alerta de que algo no estamos haciendo bien.

 La industria y los gobiernos de las naciones, anteponen nuestro futuro y el de nuestros hijos, simplemente por mirar a corto plazo y obtener beneficios rápidamente sin importar las consecuencias a un futuro próximo, que ya estamos notando el cambio climático que produce una forma irracional de la propia vida, poniendo en peligro nuestra existencia y la del ecosistema del que nos alimentamos, es decir somos inconscientes de nuestra propia supervivencia en el planeta “Tierra”.

La forma en que realizamos nuestros cultivos, las modificaciones genéticas que empleamos en nuestras semillas agrícolas, la forma en que fabricamos nuestra ropa,  como estamos concentrando las poblaciones en las ciudades y como construimos nuestras viviendas, está envenenando el planeta. Los pesticidas, los desechos radioactivos, los gases producto de la combustión, un exceso de fertilizantes y plaguicidas químicos, contaminan el subsuelo, los acuíferos, ríos, océanos y el aire que respiramos, posiblemente llevándonos a un punto si retorno.

El planeta al final es un filtro en donde quedan todos estos residuos químicos, pero como todo filtro este no se puede tirar por su gran tamaño, al final estamos convirtiendo el planeta en una aspiradora en la cual el filtro está llegando a su colapso y que producirá el que se queme el motor central de la vida de las especies.

Por suerte algunos de estos desechos que producimos se diluyen, mientras que otros se degradan de forma natural en sustancias inocuas, sin embargo muchos químicos tóxicos persisten con fuerza e ingresan en nuestra cadena alimenticia, penetrando en fuentes de agua potable, en las plantas y a su vez en los animales que se alimentan de las mismas , agrandando la concentración de estos tóxicos, produciéndonos cambios en el ADN y aumentando nuestras enfermedades, es decir nos envenenamos lentamente, pero los efectos para la vida son potencialmente catastróficos .

El aumento tan elevado del nivel de vida  en ciertas partes  del globo terráqueo entre 1930 y 2002 nos llevo a un aumento de la producción de químicos pasando de un millón a cuatrocientos millones de toneladas anuales y ese incremento no ha dejado de crecer al día de hoy. Solo en las últimas décadas hemos inventado unos ochenta mil químicos nuevos, como el bisfenol A, un compuesto sospechoso de actuar como una hormona dentro del cuerpo humano. En la U.E se producen setecientas mil toneladas año para diferentes usos, vinculados a la limpieza e incluso a la fabricación de biberones.

El DDT pesticida introducido en la segunda guerra mundial, químico bioacumulable, que persiste largos periodos de tiempo por no  descomponerse con facilidad, se acumula en los tejidos de los animales incorporándose en la cadena alimenticia o pasar a generaciones venideras a través de la placenta o en el periodo de lactancia.

Andrew Derocher, profesor de la Universidad de Alberta, dice que a lo largo del tiempo, los animales desarrollan formas de afrontar los químicos presentes en la naturaleza capaces de invadir los organismos. Pero la velocidad con la que inventamos nuevos químicos y los liberamos en el medio ambiente tiene efectos devastadores, ya que ningún organismo ha evolucionado para combatirlos. El resultado es que se acumulan en los predadores que se encuentran al final de las cadenas alimenticias.

Los resultados que se están produciendo en nuestro ecosistema son eminentes, lo podemos observar en la costa Asturiana, donde están desapareciendo algas importantes en el ciclo de la vida marina y donde nuestro espacio marítimo queda como un desierto, no produciendo la base alimenticia de muchas especies.

Si somos conscientes de esta destrucción, que es lo que nos pasa que no cambiamos el rumbo?

Si el mundo lo dirigimos nosotros, el ser humano, cual es el motivo de que tenga más fuerza el poder económico, que la supervivencia de nuestra especie y de nuestro mundo?

Alerta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!