El impulso propiciado por los combustibles fósiles ha llevado a una explosión demográfica durante los últimos 150 años. Tuvimos que esperar desde el origen de nuestra especie hasta el año 1825, para que la población mundial alcanzara los 1000 millones. Con la revolución del carbón y el salto conseguido en la circulación de la energía, la población se duplico en un siglo. El nacimiento del petróleo consiguió sumar otros 1000 millones entre 1925 y 1960, en 1960 y 1975 la población alcanzo los 4000 millones, yo también contribuí a ese crecimiento, ya que nací entre esas épocas, doce años más tarde éramos 5000 millones y hoy estamos llegando a la friolera cifra de 7000 millones.

   Nuestro crecimiento espectacular, nos llevara si queremos que nuestra civilización permanezca, a tomar decisiones muy importantes sobre nuestro comportamiento en el planeta. Esas decisiones tienen que ser personales y no globales, los intereses de muchos no quieren esos cambios drásticos que tendremos que hacer, pero si cada uno se conciencia, seguro que tendremos más fuerza que el resto.

  Con este volumen de personas, sin esa reestructuración de nuestro sistema de vida, será muy difícil que aguantemos, ya que somos el mayor depredador que existe en estos momentos en el planeta, depredamos cantidades ingentes de comida, de recursos naturales, de energía, de seres humanos con las guerras, minerales, bosques, naturaleza, especies con la contaminación, contaminamos la base de la vida que es el agua, animales para alimentarnos, por eso podemos decir que nuestro comportamiento es irracional.

  Ninguna especie hace lo que hacemos nosotros, ya que consideramos que todo lo que nos rodea es infinito, será porque no somos conscientes del paso del tiempo, para nosotros no existe, pero llevamos reloj y solo marca el tiempo a corto plazo no a largo, ese es nuestro error.

  La red eléctrica es el sistema nervioso central que coordina la vida en nuestras densas ciudades, sin esta la vida urbana será imposible, la producción industrial se detendría, la era de la información seria un recuerdo en nuestras mentes, por eso el riesgo que cometemos es que un día alguien le dé al interruptor de apagado de nuestro sistema eléctrico, dejaríamos de tener luz, calor y potencia, la civilización tal como la conocemos dejaría de existir.

  Nuestros abuelos vivieron esa época, ya que solo llevamos un siglo utilizándola, pero nuestro sistema de vida no lo entendería, ya que una cosa es pasar de no tener a tener, y otra es pasar de tener a no tener, retroceder para el ser humano es impensable. Los gobiernos gastan cantidades ingentes de dinero para evitar que ciberterroristas pongan los programas informáticos que controlan la circulación  de la electricidad en peligro. Esto podría llevar al caos de todo nuestro sistema económico de los países, es un punto  vulnerable y que nuestra civilización tardaría muchos años en recuperar.

   En el último cuarto de siglo tenemos una dependencia mayor de ordenadores, internet, intranets, para cambiarnos información ya que es nuestra era, pero los datos los tenemos que almacenar, realizamos transacciones financieras a diario, nuestros servicios básicos y vitales de la sociedad están incluidos en esta red, por eso un apagón eléctrico hoy tiene consecuencias más graves que antaño.

  Esto ejerce una presión altísima en nuestro sistema eléctrico, muy poco cuidado y muy poco modernizado, ya que las empresas energéticas solo les importan los resultados económicos, no la red, por eso no pasamos a red distribuida, donde la humanidad seria la productora de energía y no estaría monopolizada, son todo leyes manipuladas para seguir con monopolios que limitan la racionalidad energética.

  Pero el peligro acecha, la demanda total de capacidad de procesamiento informático está aumentando  a un ritmo superior al de las mejoras en materia de eficiencia, que ese será el mayor terrorista de la energía.   PETER W.HUBER comenta que se necesita medio kg de carbón para crear, ordenar, almacenar y mover dos megabytes de datos, esto quiere decir que la demanda energética para ordenadores personales se está duplicando cada año, también dice que  los Chip están cada vez más calientes, los ventiladores giran cada vez más rápidos y el consumo de electricidad de nuestras unidades de disco y de nuestras pantallas está  aumentando.

   Al final las cosas pequeñas son las que amenazan nuestra existencia, está probado, todos creíamos que el ciberespacio era la panacea, pero Huber nos recuerda que los 50000 millones de circuitos integrados y los 200000 millones de microprocesadores que se producen al año funcionan con electricidad, un ordenador medio personal necesita unos 1000 W de potencia.

   Un estudio realizado por IntelliQuest, dice que si tenemos en cuenta que el usuario típico de internet está conectado alrededor de doce horas semanales, el consumo será superior a 1000 KW/h, si multiplicamos esa cifra por 50 millones de ordenadores personales que hay en los hogares, los 150 millones de ordenadores de oficina y los veinte millones que acceden a internet solo en los EEUU, nos da una idea de la magnitud de cualquier red eléctrica de un país.

  Hubert advierte de que solo estamos al inicio de la revolución del ciberespacio y que la red sin cable requiere aún más potencia eléctrica, porque las señales no viajan por un cable  de fibra óptica, si no que son emitidas en todas las direcciones. La industria de la transmisión sin cables ya está construyendo 70.000 estaciones de radio, cada estación consume dos KW de electricidad.

  Estos datos tan claros, nos aportan el gran reto que tenemos por delante para conseguir energía con medios diferentes, si conseguimos manejar el HIDROGENO tendremos una parte muy adelantada, pero los intereses en el campo de la investigación son otros, ya que muchos proyectos pioneros en este campo se anularon o disminuyeron sus inversiones.

  Nuestro mundo sin inversión en ciencia poco tardara en romper, ya que nuestro sistema depredador, nos encamina  a un desastre.

  El hombre  es el único animal que tiene  el don de la inteligencia, aunque siempre demostramos lo contrario.

 Ciencia siempre!

No hubiéramos llegado aquí sin su aplicación

Abrazos  a todos!