Si algo estaba clarísimo desde que aparecieron los señores del PP amenazando con llevar a los tribunales al señor Óscar López por declarar que sus dirigentes habían cobrado en B, es que tal demanda nunca iba a llegar a los juzgados. ¿Quién podía creer que estos personajes iban a permitir que otros jueces, además del señor Ruz, revolvieran en la piscina de suciedad en la que vienen braceando como pueden desde que el señor Bárcenas dejó al descubierto sus vergüenzas? Es una más de las improcedencias y exabruptos de las celebridades que actualmente nos gobiernan.
¡Qué bien nos vendría a los ciudadanos que otros jueces, cuantos más mejor, pudieran hurgar en esa fosa séptica en la que se ha convertido el partido del gobierno de la nación! A ver si de esa forma no quedaba nada oculto, porque otorgar todo el protagonismo de una investigación tan peliaguda a un juez que permitió al señor Bárcenas moverse por el mundo sin ningún tipo de trabas cuando ya se conocía su condición delictual y que no adoptó medidas cautelares en orden a impedir que en el lugar en el que ejercía sus fechorías se destruyeran pruebas, que no es otro que la sede del PP, permite albergar sospechas de que la investigación puede quedar coja. Igual de bien vendría una “pluriinvestigación” en el caso de los Eres y en cualquier otro asunto de corrupción.
Porque esto, la imagen de país corrupto que proyectamos en el mundo, espoleada por quienes actualmente nos gobiernan, es una de las razones que han hecho que Madrid no haya sido elegida como sede olímpica, junto con nuestra situación económica. Y, desde luego, que el COI se haya decantado por Tokio no es motivo de alegría, sobre todo porque muchos españoles tenían depositadas sus ilusiones en la candidatura de la capital de España para 2020. Ahora bien, ¿Ustedes imaginan cuál podría haber sido la reacción de los dirigentes populares si la capital del reino hubiera sido el lugar de celebración del evento deportivo? No estaríamos hablando de brotes verdes sino de prestigio mundial recuperado gracias a los dirigentes conservadores que han devuelto a España al lugar preeminente que le corresponde en el mundo. ¡Pues nada de eso! Pudiendo haber sido Madrid una de las dos finalistas, ¡hasta Estambul nos superó en la elección!
Pero hemos de estar tranquilos porque ahora ya no se habla ni de prima de riesgo ni de rescate, aunque cada vez sean mayores las desigualdades sociales, haya más pobres y, a la vez, ricos más ricos; la precariedad laboral se haya disparado, si bien el paro ha disminuido en el mes de agosto en 31 personas, a la vez que los cotizantes a la seguridad social son cada día menos; se ponen cada vez más trabas a los estudiantes sin recursos para poder completar una formación que les permita escalar socialmente; se privatizan servicios públicos rentables; el descrédito del partido que gobierna va en aumento…
Eso sí, aunque la Marca España bucee por el fondo del océano, nuestros deportistas siguen siendo hoy igual de buenos que lo eran hace dos días, antes del fracaso olímpico. Así nos lo aclaró la ínclita alcaldesa de Madrid cuya presencia, más que ayudar a la candidatura, terminó de rematarla. Menos mal. Igual en este “impasse” se ha presentado la demanda contra el número tres del PSOE y hasta nos enteramos del coste de la aventura argentina en el que no superamos el primer corte, vuelos privados incluidos y multitudinario séquito a “gastos pagos”, para que pasaran de nosotros olímpicamente. Fracaso estrepitoso, señor Rajoy.
Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski