Hace tiempo que se puede afirmar, y ahora sin temor a equivocarse, que estos personajes que nos gobiernan nos han perdido el respeto. Es algo constatable a poco que se escuchen las declaraciones que vienen realizando tras destaparse el caso Bárcenas y su espuria contabilidad.

Cada día se presentan con nuevas declaraciones que embarran aún más el lodazal en que se ha convertido la política pepera. A estos no les creen ni sus familiares más cercanos. Mentirosos y manipuladores, nos toman a los ciudadanos por imbéciles y ciertamente vamos a parecerlo, si en futuros procesos electorales olvidamos lo que ahora está sucediendo. Porque en eso consiste su estrategia: nadie piensa dimitir esperando a ver si el paso del tiempo y la propia inercia de la economía mundial consigue enderezar algo la profunda crisis económica de nuestro país (ahora agravada con la abismal crisis de valores) y entierra en el baúl de los recuerdos su comportamiento mezquino.

Tendrán que ser el tiempo y los acontecimientos allende nuestras fronteras, porque si algo están demostrando, además de su inmoralidad, es su ineptitud para dirigir España. No en vano, llevan gobernando catorce meses y no es que la cosa no se haya enderezado, es que estamos mucho peor que cuando lo dejó Zapatero. Infinitamente peor económicamente, por más que se empeñen en hacernos ver que en lontananza se atisban brotes verdes, y sustancialmente peor en la credibilidad de la clase política, por su asqueroso comportamiento.

¿Cómo va a ser de otra forma? Si uno de Ustedes escucha en un chigre a una persona cualquiera explicar la relación de Bárcenas y el PP con lo del “pago diferido”, lo primero que le viene a la cabeza es que quien está hablando es un perfecto imbécil. Si además se trata de una Abogada del Estado, Vicepresidenta del PP y Presidenta de Castilla La Mancha, se cuestionará si merecemos gobernándonos a personajes de esta amoralidad y de esta desvergüenza.

Impresentables, ineptos y sinvergüenzas que recortan a todo bicho viviente, imponen reales decretos con auténtica diarrea legislativa encaminada a protegerse y a ahondar la brecha social, atacan sin piedad a los empleados públicos, muchos de los cuales ocupan su plaza de funcionario tras aprobar una oposición en buena lid, rebajando sus salarios y sustrayéndoles su paga extra, mientras están pagando con el mismo dinero público sueldos de 21.300 euros a asesores. Porque de las arcas públicas sale el dinero que financia al Partido Popular y las elevadísimas percepciones legales de sus empleados. Por lo que se presume, de las subvenciones privadas, el que llega a los bolsillos de sus dirigentes, vía B y por lo visto, en inconfesables y también, importantísimas cantidades.

Viendo que cada día se superan, es posible que todavía no hayamos tocado fondo, pero a nadie se le escapa que la situación actual es muy grave. Es preciso que se vayan, no les merecemos. Nos avergüenzan.

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski