Cuando la especulación inmobiliaria fija sus ojos en una presa y conseguir su titularidad no resulta fácil porque hay propietarios renuentes a enajenar su predio o arrendatarios históricos que no quieren abandonar la que ha sido su vivienda, los carroñeros tienen distintas formas de actuar para doblegar tales actitudes hostiles.
Alojan en viviendas colindantes, que son de su propiedad, a familias conflictivas que hacen la vida imposible a los legítimos moradores o dejan abiertas de par en par las ventanas, puertas balconeras y tragaluces para que la humedad y las inclemencias ambientales hagan estragos en los elementos estructurales con la finalidad de poder instar un procedimiento de declaración de ruina.
De esta forma se consigue el objetivo de devaluar la finca y de desalojar por perra y media a honrados ciudadanos que solo cometieron el error de encontrarse en la diana de semejantes aves de rapiña.
De forma similar actúa este gobierno. Los usureros neoliberales, de los que son cómplices necesarios, ponen los ojos en el negocio de los servicios públicos rentables y, acto seguido, comienza un ataque en toda regla apoyado en los medios de comunicación (casi todos de su cuerda), descalificando al funcionariado y a los servicios que prestan, con el fin de devaluarlos y legitimar su expropiación.
Ahora resulta que la educación pública es una ruina. Y la sanidad pública. Y los servicios públicos en general. Titulares machacones en prensa, apoyados en informes de dudosa procedencia, y la mesa está servida. Solo falta comenzar la degustación.
Dicen que la enseñanza pública es un desastre quienes en su vida han pisado un aula pública, ni en preescolar, ni en primaria, ni en secundaria, ni en etapa universitaria. Lo mismo de la sanidad pública, los que solamente han visitado consultas privadas. ¿Qué sabrán estos?
¿Que los servicios públicos son mejorables? Sin duda. Como los son los servicios bancarios, los de transporte aéreo, los de telefonía o los de suministros energéticos (por citar unos), todos ellos privados.
Con la externalización o los conciertos de servicios públicos rentables (los no rentables que los siga gestionando el Estado), no se va a mejorar la prestación. Van a engordar los bolsillos de los empresarios adjudicatarios, que si no cumplen sus expectativas, serán rescatados con dinero público, como ha sucedido con los concesionarios de autopistas de peaje deficitarios o con los empresarios sanitarios que no cubrieron con su oferta los gastos de gestión. Así también hago yo negocios. Y seguro que Usted. De paso, imponemos nuestra ideología.
Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski
5 comentarios
# La Toma de la Pastilla Responder
29/12/2012 23:19Y también recurren a los "asustaviejas": "Esto está fatal, mire que se va al garete, desaloje la vivienda antes de que se caiga.". Y así, como bien apunta el artículo, para a manos privadas el ex-Estado de Bienestar....hasta que aparezcan las goteras.
# antonio Responder
30/12/2012 11:09muy acertado y es la pura verdad,pero lo niegan todos con una conviccion que parece verdad que no van a privatizar
# Luis Responder
30/12/2012 21:37Con Aznar ya se privatizaron empresas publicas en las que politicos reciben suculentos sueldos, los servicios se encarecieron y fueron a peor.
# Alicia Responder
02/01/2013 08:55Soy funcionaria, a mucha honra, y trabajo mucho en una administración que considero MUY eficiente; no dudo de que habrá que mejorar las cosas en determinados Ministerios, pero, en general, constato que cada vez trabajamos mas y mejor, con menos.
# Victoria Responder
11/01/2013 17:35Cada vez las cosas están peor... Lo que estoy pensando es crear un negocio y a ver si así puedo ganarme la vida... http://www.negociosrentablesnet.com