Laura, que terminó Caminos en Granada hace cuatro años, decidió marchar de aventura a Berlín. Cuenta que se tuvo que quitar de encima a los pesados que le ofrecían trabajo, porque lo que realmente siempre le ha encantado y ahora, por fortuna, ha podido poner en práctica, es la aventura. Y en eso anda, de aventurera por Alemania, fíjate tú.

Laura, Ingeniero de Caminos, de “aventura” en Alemania; Cristian y Carlos, Ingenieros de Edificación, uno en el Golfo Pérsico, y otro en Panamá; Adolfo, Arquitecto, en Brasil. Son ejemplo de jóvenes que se han tenido que buscar la vida fuera de España, con ninguna gana de convertirse en los protagonistas de una película de Indiana Jones.

Este es uno de nuestros mayores problemas: infinidad de jóvenes con talento tienen que abandonar España para buscarse la vida (que no de aventuras), mientras en nuestro país, personajes de dudosa capacidad intelectual dirigen nuestros destinos ocupando puestos relevantes en la Administración.

Celebridades como la señora Marina del Corral, Secretaria General de Inmigración y Emigración, que esta semana ha declarado que los jóvenes se van de España, además de por la crisis, por “su espíritu aventurero”.

¿Extrañan estas declaraciones? Para nada. Lumbreras que acceden a esos puestos por “dedocracia”, provenientes de un estrato social dónde, sí, ahí sí, se sale al extranjero para formarse, sin prisa alguna para percibir un salario, porque papá y mamá o ambos, tienen suficiente como para poder pasarse la vida de aventura y después, con un mínimo esfuerzo, convertirse en empresarios o profesionales de éxito. Entre otras cosas, porque han adquirido una formación que otros no han podido costearse y, lo que es más determinante, por el apoyo financiero, profesional y social de sus progenitores.

Será por lo mismo, por el entorno en el que se mueve, que el señor Francisco González ha afirmado este martes pasado que “la situación en España es bastante mejor de lo que la gente cree”.

Por análoga razón no se revalorizan las pensiones conforme al IPC, se echa mano del dinero de la hucha de la Seguridad Social (y van dos veces) y el desempleo no deja de aumentar.

¿Será que estamos “refalfiados”? Algunos sí, pero que no pongan en cuestión la inteligencia de los españoles que pelean en condiciones desiguales para poder ganarse la vida, que no para tener una experiencia apasionante.

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski