Viendo esta semana los reportajes emanados del profuso despliegue informativo para los Premios Príncipe de Asturias, tal pareciera que vivimos en un mundo irreal. Invitados emperejilados con costosos atavíos desfilan por la alfombra azul del Teatro Campoamor camino de la ceremonia de entrega de los Premios, pocos, cumpliendo con un compromiso institucional del que les hubiera gustado escabullirse, y la mayoría, encantados de lucir sus galas junto a tan distinguidas y glamourosas compañías. Infinidad de documentos fotográficos inmortalizan a personalidades de todo pelaje y condición: políticos y banqueros; empresarios y artistas; investigadores y deportistas.
Como recogido de un cuento de hadas extraigo de un periódico regional este jugoso texto, “cuando don Felipe terminó de leer y alzó la vista, el público que llenaba el Campoamor ya estaba en pie para ovacionarle. Doña Letizia, discretamente, cogió su mano. Entonces el heredero de la Corona sonrió e incluso pareció emocionarse. El aplauso se prolongó”.
Por la alfombra azul, camino del fascinante patio de butacas, selectos atuendos y variopintos maniquís, nos habrían devuelto a épocas de grandeza, si no fuera porque, mediando apenas una barrera de separación, centenares de personas protestaban contra la celebración de estos galardones en época de crisis, convenciéndonos de que el protagonismo hispano se encuentra en el escalofriante número de desempleados que asciende a la escandalosa cifra de 5,8 millones, por más de que “sus emperifolladas señorías” se empeñasen en hacernos creer otra cosa.
Será que en la India solo han transmitido el seductor desfile azulado, y no las protestas, por lo que nuestro Monarca ha declarado esta semana que ya se están recogiendo los frutos de las reformas del Gobierno de Rajoy. Con tanto boato alfombril, no es de extrañar, excelso don Juan Carlos, que dispusiera los aperos para recoger la cosecha, pues tal pareciera que la recolecta está siendo excelente y que los graneros van a reventar por exceso de acopio. Pero no se lo diga a la cara a esos desgraciados que han perdido su empleo, han dejado de percibir el subsidio y viven de la solidaridad familiar, porque podrían hacer uso del bieldo, y no para separar el grano de la paja. Los mismos desafortunados que, con toda seguridad, ni aplaudirían, ni jamás ovacionarían a don Felipe y a doña Letizia cogidos o no de la mano y sonrientes o llorosos.
A la vista de la fascinante ceremonia y de las crónicas de sociedad, parece que los frutos los recogen unos pocos, porque aquí, aunque casi todo el mundo está perdiendo algo y hay muchos que ya no tienen nada que perder porque todo lo han perdido, hay quienes se empeñan en no perder nada. Y hacen bien, mientras puedan y se lo permitan.
Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski
6 comentarios
# Miguel cp Responder
28/10/2012 21:55...Y, en ese mismo momento en el que pavos reales pisan sobre azul, algunos, más de lo que se pudiera digerir, se quitan la vida por culpa de esta gran estafa. Viva la realeza irreal, viva este fallido estado. Viva su legalidad. Viva su policía.
# Luis Candelas Responder
29/10/2012 14:25Esta gente sigue viviendo en su mundo y es tarea nuestra bajarles,de la forma que sea de ese putrefacto pedestal. A los tan admirados premiados también hay que pedirles compromiso y para ello les doy un consejo...mirense en el espejo de Javier Marías.
# Nati Responder
29/10/2012 15:15Me gusta como has descrito esas dos España, la REAL suicidándose ante la crisis que nos devora,y la IRREAL desfilando por la alfombra
# Atra Bilis Responder
30/10/2012 08:32Muy bien el fondo y la forma. Yo estaba en La Escandalera y siento no haberme podido emocionar también con la imagen de la cogida de mano tras el discurso. Había una pantalla gigante, pero varias banderas tricolores que ondeaban me impedían verla.
# Carmen Responder
30/10/2012 13:45Totalmente de acuerdo con lo que expones: es la eterna historia de nuestra España, que siempre ha estado dividida en dos de forma muy clara, pero en tiempos de crisis este abismo entrre las dos Españas se acentúa y se hace mas sangrante.
# Berto Glez. Responder
31/10/2012 20:09Acertado artículo. ¿Qué se puede hacer cuando quienes nos gobiernan no adoptan medidas encaminadas a hacer que la cargas derivadas de la crisis sean más equitativas? ¿Solo nos queda la protesta? ¿Pasa el tiempo y solo se piensa en apretar a los mismos?