Transcurridas apenas unas horas desde que se conocieron los resultados legislativos gallegos, Rajoy ya declaró que los mismos “han dado un espaldarazo a las políticas que está llevando a cabo el Gobierno”.

Lo peor que podía suceder es que, al obtener el PP mayoría absoluta, la interpretación de los resultados fuera que el señor Presidente del Gobierno se creyera legitimado para seguir con sus políticas de recortes y de asfixia destinadas a todos. A los que votando en Galicia, no lo han hecho al PP; a los que no hemos votado en Galicia; en general, a los que sufrimos las consecuencias de los desmanes que nos han llevado a la situación crítica en la que nos encontramos, sin participar en su consecución.

En una interpretación extensiva, el domingo también se celebraron elecciones en el País Vasco y los resultados, lejos de “dar un espaldarazo a las políticas que está llevando a cabo el Gobierno”, suponen un rechazo total a las mismas, pero este desenlace no es objeto de deducción para nuestro preclaro Presidente.

Las políticas que está llevando el Gobierno suponen, entre otras cuestiones, que el 21,1% de los españoles se encuentre por debajo del umbral de pobreza, que cada vez sea mayor la brecha entre los que más y lo que menos tienen, que siga aumentando el desempleo o que aumente el déficit estatal, pero el mensaje recibido de los comicios del 21 de octubre es que los ciudadanos respaldan las políticas de estrangulamiento.

En dirección contraria, los Técnicos de Hacienda, que de asuntos económicos saben infinitamente más que el señor Rajoy y que sus ínclitos Ministros, recuerdan que existen medidas que aportarían al Estado la friolera de 64 mil millones de euros en un año sin necesidad de seguir con las políticas de ajuste. Medidas como la reducción de la economía sumergida en 10 puntos que reportaría a las arcas, nada más y nada menos, que 39 mil millones de euros, o subir el tipo impositivo del Impuesto de Sociedades, del 30 al 35%, a partir del millón de euros de beneficios, lo que supondría unos ingresos de 14 mil millones de euros, o un Impuesto sobre la Riqueza que ingresaría más de 3 mil 500 millones de euros.

Pero esas medidas repercutirían en muchos de los que han respaldado con su voto las políticas de amputación aplicadas por nuestro Gobierno y en casi todos los que, de una forma u otra, han contribuido a la situación en la que nos encontramos. Pero estos, los culpables, se van de rositas.

Imagen: ilustración satírica de Pawel Kuczynski