El International Cheese Festival celebrado en Oviedo del 3 al 6 de noviembre de 2021 hizo honor a su nombre.
Larga fue la espera para ver el gran encuentro mundial en torno a los quesos, la maldita pandemia del Covid19 motivó que su realización se demorase un año, pudiendo llevarse finalmente a cabo con todas las actividades programadas y sin restricciones de ningún tipo, acogiendo Oviedo la trigésima tercera edición del International Cheese Festival del 3 al 6 de noviembre, que incluye el World Cheese Awards, el oficioso Campeonato del Mundo de Quesos.
Espera ilusionada para los profesionales del sector y los muchos turófilos asturianos, que hemos podido vivir en directo el maravilloso espectáculo de visionar cuatro mil quesos expuestos, complementados con un mercado de venta, exposiciones, ponencias y presentaciones.
Sobran ambages para afirmar que el Festival hizo honor a su nombre, aglutinando a profesionales queseros, catadores, distribuidores y prensa procedentes de diferentes países del mundo ávidos de triunfo en unos casos y de conocer las muchas bondades que reúne las elaboraciones queseras asturianas y del buen hacer de nuestros profesionales en otros. Las cifras oficiales de la organización, que curiosamente no han variado desde su presentación en septiembre de 2019, ponen de manifiesto el éxito del anhelado encuentro.
La importante inversión realizada por el gobierno del Principado de Asturias, el Ayuntamiento de Oviedo y diferentes patrocinios de empresas asturianas decantaron en su momento el lugar de celebración por la entidad mercantil inglesa organizadora. Sobre su recuperación, bien tangible o intangible, sus analistas sacarán sus conclusiones. Sean estas cual sean, el impacto en mass media y en redes sociales ha respondido a las expectativas, y Oviedo y por ende el Principado acaparo el protagonismo informativo con el queso como fundamento.
Una tierra con una de las mayores, o la mayor, paleta productiva mundial por extensión geográfica, cuenta también con muchos turófilos que estuvimos ansiosos por disfrutar de un evento que edición a edición se está consolidando como referencial del sector a nivel mundial. Y como tal respondimos con una masiva asistencia y adquisición de piezas, a pesar del considerable precio de las entradas, incluida la subida para nada ética del 50 % -de 8 a 12 € por sesión- en su segunda tanda de emisión, y que parte de la oferta cursada para nada se ajustó a lo publicitado, sirviendo de ejemplo la ansiada degustación de elaboraciones mundiales reducida a un peso inferior a los 50 gramos y sin poder de elección.
Los reclamos del Cheese Market, Espacio Original y Expositores, sirvieron para poner de manifiesto el compromiso y el interés por mostrar las bondades de un sector cada vez más en alza y con necesidad de una mayor comercialización nacional e internacional, con una participación de queserías, empresas y consejos reguladores de DOP asturianas del 47 % del total. Siendo simbólica la participación extranjera - que apenas llegó al 4 %- y zonas del territorio nacional que no suelan acudir a ferias y certámenes en nuestra tierra, para desilusión de muchos e imposibilidad comparativa para otros.
Lástima, también, que el espacio de venta fuese tan reducido, con puestos de una dimensión de apenas un metro cuadrado compartido en algunos casos hasta por tres queserías, que dificultaba fluidas relaciones entre empresarios y público. Delimitaciones posibles marcadas por las tarifas a abonar. Llamativo el parmesano expuesto de 21 años subastado por Internet cuyo precio alcanzado ignoro, del que resulta difícil de imaginar su palatabilidad.
Igual que atractivo era el “gastro cheese comedy”, con el señuelo de la presencia de uno de nuestros más afamados embajadores, que finalmente hizo su intervención por vídeo conferencia. Siempre nos quedará la canción flamenca del "Niño de Elche" dedicada al Casín en base al mismo, nuestro queso más ancestral, realizada y presentada para la ocasión.
Imprescindible son la formación, el encuentro de profesionales y el debate técnico. Objetivo marcado con diferentes ponencias en el “Foro de innovación lacto quesera”, como encuentro de debate, propuestas y experiencias en torno a ganaderías y queserías desde un punto de vista técnico científico. En el cual el peso regional también fue muy importante, no en vano el Principado acoge desde su fundación el IPLA (Instituto de Productos Lácteos Asturiano), dependiente del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas) y que de haber sido de asistencia libre y gratuita, posiblemente hubiese sido más exitoso y aprovechadas por estudiantes de las diferentes áreas que abarca el sector.
La apuesta por la internalización institucional de las actividades empresariales en el Principado corre a cargo de Asturex, y aprovechando el evento se organizó un Foro Agroalimentario en base a la presencia de compradores y distribuidores nacionales y extranjeros, que se complementó con visitas a queserías y centros productivos. Magnífica apuesta que esperemos cuaje en acuerdos positivos mercantiles. Plausible los números estimados por la entidad institucional que cifró en 40 empresas visitantes de 16 países que iban a conocer los proyectos de 23 firmas asturianas.
Las catas, armonizaciones y presentaciones concitaron diferentes intereses. Siendo el eje sobre el que rota el Festival el oficioso Campeonato del mundo de quesos, el World Cheese Awards. 4058 quesos de 40 nacionales juzgados por 277 jueces fueron los espectaculares datos oficiales del mismo, componiendo la exposición de las piezas juzgadas un conjunto visual fastuoso. Y que dejó a una gran parte de los concursantes francamente contentos, al ser distinguidos el 47 % del total, dado el importante respaldo que supone a efectos publicitarios y de marketing, compensando con creces el desembolso económico participativo realizado. Y que deparo la agradable noticia que el Campeón total fue una queso nacional, “Quesos y besos” de la quesería Olavidia, de Jaén.
Peculiar concurso que genera demasiadas incógnitas, difíciles de fagocitar para muchos. Quesos divididos en 88 mesas -46 quesos de edia- juzgados por 2-3 catadores, que elegían un 1 superoro, 1 oro, 1 plata y 7 bronces, haciendo un total de 10 premios por mesa equivalente a 880 premios, que finalmente se multiplicaron alcanzando la cifra de 1750 premios -35 hojas con 50 premiados en página oficial-, que dejan muy entredicho el criterio objetivo de un concurso marcado por el envanecimiento organizativo.
Queda de positivo el importante número de premios obtenidos por quesos asturianos, 47 en total equivalente a la mitad de los presentados, incluido uno de los 88 superoro otorgados obtenido por la quesería Temía con su Afuega´l Pitu roxu fresco, acogido a su DOP. Reitero mi más sincera enhorabuena a todos ello, alguno realizado en el mismo recitno. Circunstancia que ocurre por primera vez, cumpliendo la máxima que si se quiere ganar hay que participar, lo que no se realizó en anteriores ediciones.
Llamativo y pedagógico fue el balcón de los quesos asturianos patrocinado por Caja Rural de Asturias, en el que estaban expuestos más de 300 elaboraciones que realizan 97 queserías. Y que vino a sustituir a la primigenia idea de la Asociación de Queseros Artesanos del Principado de Asturias, que no cuajo por el importante desembolso económico demandado.
Exposición que la entidad bancaria ha inmortalizada con la publicación del libro “Quesos elaborados en Asturias” en base al catálogo de las elaboraciones actualizadas elaborado por la Consejería de Medio Rural del Principado de Asturias meses antes. Publicación que junto a otras tres: “Asturias cheese revolution” de Lluis Nel Estrada y Juanjo Arrojo; “Quesos de Asturias´s cheeses” de Miguel Llano y Mercedes Blanco y “50 chefs asturianos cocinan con nuestros quesos” de la Central Lechera Asturiana, presentadas durante la semana del evento, compusieron el cuarteto de unas publicaciones que documentan al sector como nunca antes se había producido y que posiblemente no hubiesen visto la luz.
Festival y Concurso sin duda mediáticos, organizado por una empresa mercantil que sabe defender su proyecto obteniendo pingües beneficios del mismo, con una metodología perfeccionada edición a edición, combinando un apócrifo consenso de involucramiento con administraciones, sector y sociedad civil en su provecho, que dejo agrias sensaciones para muchos, y que encontró cómplices necesarios para obtener su objetivo sabiamente buscados. La creación de un comité organizativo, compuesto por representantes de diferentes representantes institucionales patrocinadores del evento, sectoriales y cofradías, cuya última reunión se celebró seis meses antes del evento –el 11 de mayo- así como el ninguneo de todas las ofertas realizadas por colectivos del mismo, dejan en entredicho el mefistofélico consenso.
Al igual que llamativo fue la selección de los miembros del jurado, en el que la representación asturiana la compusieron miembros de empresas patrocinadoras y del entorno cercano organizativo. No siendo válidos, a su entender, ninguna persona de los paneles de cata y técnicos de los diferentes Consejos Reguladores de las DOP asturianas y españolas, ni miembros habituales de jurados de los diferentes concursos de una Comunidad dónde sus quesos más emblemáticos y con DOP son exaltados anualmente y que fue pionera en la celebración de Ferias queseras y de certámenes monotemáticos en España, algunos ejercientes en anteriores ediciones curiosamente.
Para la historia quedará que Oviedo acogió el Festival, que este batió todos sus récords gracias al esfuerzo del sector, al respaldo institucional y a la extraordinaria respuesta del público en general y de los turófilos en particular, y la repercusión mediática que su celebración ha tenido a nivel de medios de comunicación y redes sociales, posicionando a Oviedo y al Principado como la gran potencia quesera que es, y que el ganador del oficioso Campeonato del Mundo fue un queso español.
Evento único, digno de ser vivido, que el que suscribe ya había conocido cuando se celebró por primera vez en España en el año 2009 en Las Palmas de Gran Canaria, que dejan unas luces y sombras que me temía sucedieran como refleje en el artículo escrito y publicado en noviembre de 2019, cuando se hizo pública y oficial la celebración en nuestro Principado. ¡¡¡ VIVA EL QUESO ¡!!
AUTOR: Luis Javier Del Valle Vega.
MÁS INFORMACIÓN: www.dendecaguelu.com
World Cheese Awards 2009 en Las Palmas de Gran Canaria.
World Cheese Awards 2020, una oportunidad para aprovechar.