Ubicados en el concejo de Ponga, cuyo censo no supera las dos decenas, forman parte del Inventario del Patrimonio Cultural del Principado de Asturias.
El hórreo está definido en el diccionario de la Real Academia Española, como la construcción de madera o piedra, aislada, de forma rectangular o cuadrada, sostenida por columnas, características del noroeste de la península ibérica, donde se utilizan para guardar granos y otros productos agrícolas.
Por su tipología, los estimados amigos Lozano –Geronimo y Alfonso, padre e hijo- coautores del libro: “Hórreos, cabazos y garayas”, publicado en el año 2003, los clasifican en función de su tipología en hórreos asturianos, leoneses, gallegos, cantabros, navarros y el garaixe vasco.
La primera referencia histórica escrita sobre su existencia en Asturias data del año 867, cuando el entonces rey Ordoño I dona al Obispado de Oviedo, varias iglesias y monasterios junto con sus … Dominus, orreis, cubis,…
Los Lozano afirman que por el número de ejemplares –aproximadamente 10.000- por su extensión geográfica, dado que el antiguo arzobispado de Oviedo comprendía Asturias y parte de Lugo y León, y por su invariabilidad en el tiempo –al parecer el modelo actual surgió en el siglo XIV- el tipo asturiano se considera como el hórreo por antonomasia. Sobre la provincia de León, la tercera más importante respecto al hórreo, manifiestan que sus ejemplares son en su mayoría de tipo asturiano, únicamente en los valles de Valdeón y Valdeburón, y en las comarcas de Riaño y Tierras de la Reina se asienta un modelo que, por sus características, se puede considerar hórreo leonés. Caracterizado por cubiertas a dos aguas con pequeños vuelos sobre los cuatro lados; planta cuadrada sin divisiones interiores; cerramiento de tablones dispuestos horizontalmente y apoyo sobre pegollos tronco-piramidales.
Comarcas y valles leoneses que nombran, ubicados en los límites jurisdiccionales con el Principado de Asturias, lindantes con los concejos asturianos de Amieva y Ponga, principalmente, cuya principal vía de comunicación es la carretera N-625, que discurre paralela al río Sella y cuyo tramo más espectacular visualmente es el conocido como “Desfiladero de los Beyos”.
Desfiladero, en cuyo entorno se ubican núcleos rurales aéreos adoptados a la geografía, recostados contra las laderas montañosas, con singulares soluciones arquitectónicas, como es el caso de sus peculiares hórreos, únicos en el Principado de Asturias, y coincidentes en descripción con la realizada por los Lozano.
Conjunto de hórreos que desde el año 1988, son conocidos también por “HÓRREOS BEYUSCOS”, nombre que se le asigna al escritor y montañero Guillermo Mañana Vázquez, que hace referencia a tal nombre en su libro: “Entre los Beyos y el Ponga. El cordal del Collau Zorru”.
En la página 134 del mismo, menciona que toda las referencias biográficas existentes los califican como “hórreo leonés”, siendo por el denominados como “Beyuscos”. Apoyándose en el nuevo calificativo por el número y concentración que de los mismos se encuentran en los Beyos, siendo el censo por entonces de veinticuatro en buen estado o aceptable, tres en ruina inminente y uno reconstruido de forma poco ortodoxa.
Veintisiete años después la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno del Principado de Asturias, a través de la resolución del 21 de mayo de 2015, incluyó los diecisiete ejemplares de los hórreos de tipología beyusca existentes en el concejo de Ponga, en píe a la fecha, en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Tesoros regionales, construidos entre los siglos XVII y XIX, ubicados en las parroquias de Casielles, San Ignacio y Viegu.
El hórreo beyusco pasa por ser el más primitivo y menos evolucionado de los existentes en el Principado de Asturias, considerado por algunos como el vestigio de graneros imperantes y antecedente directo del patrón de hórreo más extendido, siendo habitualmente de propiedad compartida pese a su limitado tamaño.
En la Resolución se definen sus características, que son:
1,- Cubierta, por lo general, a dos aguas con cobertura de teja curva del país, aunque antaño existieron con losas, llábanes o llambries –losas de madera- o cubiertas vegetales.
2,- Cajas o cámaras rectangulares, aunque algunos son cuadrados, bastante más pequeñas que las del hórreo asturiano tipo, no sobrepasando casi nunca cuatro metros de longitud, siendo la diferencia entre sus lados bastante reducidos.
3,- Suelen tener dos puertas emparejadas en una de las fachadas rematadas en frontón, a ambos lados de una cureña vertical central que, alineada con el puntal y la viga cumbrera tiene carácter estructural.
4,- Su suelo, suele ser de anchos tablones dispuestos de lado a lado encajadas, de madera de roble y castaño habitualmente como el resto de la construcción, siendo anecdótico el uso de haya.
5,- Sus pegollos y muelas son irregulares, de desigual composición y dimensiones, adaptados en la más de las ocasiones a las pendientes de los terrenos, unos de piedra, otros de madera y varios mixtos, de labra irregular. Siendo habitual el uso de cuatro pegollos, aunque en algunos su número es mayor.
6,- Siendo una seña de su singular arquitectura la carencia de corredores y de escudos en sus puertas.
Estos tesoros etnográficos, merecedores de la mayor protección y sobre todo de políticas adecuadas de rehabilitación de forma inmediata, es un compendio de la geografía e historia de las parroquias ponguetas beyuscas.
Concejo bien merecedora de su eslogan institucional “Ponga, llave del Paraíso”, entre otras cosas por mantener una etnografía única de la que su hórreo es su mayor exponente.