Cucharon del Buen Guiso Marinero. XXXIII edición.

Cucharon del Buen Guiso Marinero. XXXIII edición.

Entregados por la Cofradía Buena Mesa de la Mar, de Salinas, el 9 de noviembre de 2018.

 

La Cofradía Buena Mesa de la Mar, con sede en Salinas, creada en el año 1986, instauró al año siguiente su galardón más emblemático: los “Cucharones del Buen Guiso Marinero”, que se fue consolidando a lo largo de los años y ediciones, teniendo entre sus galardonados a los más reconocidos cocineros en sus diversas categorías.

El 9 de noviembre de 2018, tuvo lugar su trigésima tercera edición, que comenzó con la recepción de los premiados y rueda de prensa en la Colonia, su sede social, continuando con la comida de confraternidad de los agasajados, miembros de la Mesa Mayor de la Cofradía y crítica especializada en el restaurante Casa Gerardo y la cena con acto oficial entrega de los galardones, en el restaurante Real Balneario de Salinas.

 

 

 

 

Abel Terente, propietario del Asador de Abel, en Argüelles, municipio de Siero. Francis Paniego, copropietario del restaurante El Portal de Echaurren, en la riojana localidad de Ezcaray y Alberto Martín, cocinero jefe del restaurante Peperoni, de Santo Domingo, en la República Dominicana, han sido los elegidos por la comisión organizadora del galardón, como los premiados de la edición. Quienes tuvieron un encuentro con los medios de comunicación y realizaron su dedicatoria y firma en el libro de Honor de la Cofradía.

 

 

 

 

En el municipio de Carreño, a la localidad de Prendes, dónde los Morán tienen su templo gastronómico, tuvo lugar la comida dónde Pedro y su hijo Marcos deleitaron a los galardonados, miembros de la Mesa Mayor y una representación de escritores gastronómicos con una variada muestra de su oferta gastronómica, complementada con la amena tertulia en la que los establecimientos y las especialidades de los galardonados fueron los grandes protagonistas.

 

 

 

 

Ya a la noche, el restaurante Real Balneario de Salinas volvió a acoger como desde los inicios de los galardones con la excepción de la edición anterior, la cena de hermandad y el acto oficial con la entrega de los distintivos del galardón. Los cofrades anfitriones fueron recibiendo a premiados, autoridades e invitados, mientras se servía la “Arribada”, el aperitivo de la cena, en el hall del restaurante.

 

 

 

 

Ya sentados y con el babero conmemorativo de la edición puesto, los comensales puestos en píe escucharon el himno de la Cofradía compuesto por el cantautor candasín Manolo Santarúa, antes de la degustación del resto de la cena, dividida, como bien marca el protocolo cofrade, en embarque, singladura y atraque.

 

 

 

 

Comenzando el acto oficial, con el servicio de cafés y licores, en el que el cofrade Alberto Infanzón ejerció de maestro de ceremonias. Tomás Badiola, cofrade secretario, intervino primeramente para dar lectura al acta de la reunión de la Mesa Mayor de la Cofradía celebrada el 18 de octubre de 2018, en el que se ratificaba la propuesta de la comisión de los Cucharones presidida por Tito Gómez, en los nombramientos a realizar en la trigésima tercera edición.

 

 

 

 

El médico y excelente escritor gastronómico, Francis Vega, fue el encargado de glosar a su amigo personal Abel Terente. A quien calificó de entrañable, observador y reflexivo. Destacó su gran relación con sus colegas, dónde es altamente apreciado, su humanidad, inteligencia y saber estar. Sin detenerse en su dilatada trayectoria profesional, únicamente remontándose al año 1999 cuando adquiere y gestiona desde entonces el Asador al que le dio nombre, valoró su capacidad de integración de equipos, y el conocimiento global del sector, considerando que el premio se ha había hecho esperar.  

 

 

 

 

Seguidamente, José Antonio Soto-Jove y Vicente Quintanilla, notario y presidente anfitriones, tomaron juramento y entregaron la visera, medalla, diploma y cuadro con el Cucharón, distintivos del galardón. Proceder que repitieron con los otros dos galardonados.

 

 

 

 

En su intervención, cargada de agradecimientos, Abel destacó el apoyo de su equipo para el éxito de su establecimiento, concluyendo con su sincero reconocimiento a la labor que realiza la Cofradía y el Real Balneario, que acoge el acto.

 

 

 

 

 

Pedro Morán, el gran embajador de la cocina asturiana, es el encargado históricamente de asesorar en el nombramiento del galardonado nacional, a quien glosa durante el acto. Transmitió la enhorabuena a la Cofradía, a los galardonados y al equipo del Balneario, antes de ensalzar la figura de un empresario perteneciente a una saga familiar de hosteleros, reconocido con dos estrellas por la guía Michelín. Destaco su sapiencia en adaptarse a los tiempos, diversificando la actividad en busca de la excelencia, apostando por  los productos locales de su entorno, sin olvidarse de platos marineros, como su “merluza a dos temperaturas”, plato difícil de superar.

 

 

 

 

Un emocionado Francis, mostró su agradecimiento y el honor que le supone el nombramiento y la glosa que le realizó Pedro. Se remontó a su familia, y a la trayectoria seguida durante cinco generaciones, para poder llegar hasta dónde han llegado; tuvo emotivos recuerdos para su madre y hermano fallecidos y dedicó el premio a toda su familia, involucrados en el negocio familiar.

 

 

 

 

José Miguel Díaz, vocal de la Mesa Mayor de la Cofradía, fue el encargado de glosar al galardón internacional, que por cuarta vez se otorga a un restaurante ubicado en Santo Domingo, en la República Dominicana. Jubilado de la banca y habiendo realizado una gran parte de su trayectoria profesional en tierras dominicanas, como profundo conocedor de su gastronomía, destaco del Peperoni y de su cocinero Alberto su culinaria basada en platos tradicionales de la cocina española adaptada a los gustos dominicanos, pero siempre respetando su esencia.

 

 

 

 

El cocinero de Vallecas, que no había podido estar por la mañana, agradeció un premio y un nombramiento que califico “como la ostia” y más viendo la larga nomina de galardonados, a los que él se suma ahora, destacando que es el primer reconocimiento que recibe en España después de estar residiendo dieciocho años en la República Dominicana. A la vez que agradecía todo el apoyo y la presencia en el acto de los propietarios del establecimiento, Ángel y Laura.

 

 

 

 

Vicente Quintanilla, como presidente anfitrión, fue el encargado de clausurar el acto. En su intervención protocolaria, felicitó a los galardonados,  a sus glosadores y a los miembros de la comisión organizadora por su elección; agradeció la presencia de autoridades, invitados y compañeros de otras Cofradías y de sus compañeros cofrades; reconoció el apoyo de colaboradores y del establecimiento que les acogía; destacó detalles personalizados de los premiados, congratulándose que se sumen a la ya una larga nómina de galardonados, que cuenta con lo más granado de la gastronomía regional e internacional, lo que viene a reconocer la importante labor que realiza la Cofradía; concluyendo convocando la trigésima cuarta edición del Cucharón.  

 

 

 

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