Rafael María de Labra, abolicionista de la esclavitud

Nació D. Rafael María de Labra en la Habana el año 1840. Fue su padre el brigadier D. Ramón María, asturiano de nacimiento (1), y su madre, doña Rafaela, era tambien hija de asturianos (del Sub-Intendente de Cuba don Ignacio González Cadrana) y nacida en Gijón.     Labra vino a España muy niño, viviendo en Cádiz al principio y trasladándose después a Madrid, donde se graduó de abogado en 1860. Cursó a la vez las carreras de Filosofía y Letras y Derecho administrativo, y un año antes de terminar sus estudios recibió dé manos de Olózaga el premio de la elocuencia en la Academia de Jurisprudencia y Legislación.  

 

La vida de Labra fué de una actividad verdaderamente inverosímil. Era como Moret, uno de los oradores que más se prodigaban dando conferencias innumerables, a las que hay que añadir sus frecuentes intervenciones en el Parlamento.   En 1871 fué elegido diputado por Infiesto, gracias al arraigo de su familia en el distrito y sin el apoyo de ningún partido político de la Península; lo que le permitió actuar en las Cortes con la independencia y libertad de que siempre hizo alardeen su vida política;    

 

Sus representados de Ultramar dejaron a Labra, defensor a ultranza del abolicionismo de la esclavitud, libertad plena en las cuestiones referentes a la política peninsular, y si bien sus antiguos electores de Asturias siempre aprobaron su conducta política, cosechó gran número de enemigos apasionados entre los partidarios de la política de represión en las colonias y los mantenedores de la esclavitud.  

 

En 1896 pronunció en el Parlamento su último discurso como representante de Cuba. Después, cuando llegó la hora trágica de la pérdida de las colonias, el gran patricio, a quien se había acusado de ser un mal español, demostró que para él no había amor superior al de España, y cuando Cuba había logrado su independencia e iba a ser una nación libre y soberana, y cuando sus hijos querían honrar y atraerse a Labra, al ser requerido en nombre de la nueva república por sus hombres de mayor prestigio para que fuera a Cuba, asegurándole que su entrada en la isla sería el acto más solemne y efusivo de todas las fiestas de la independencia; Labra no vaciló, casi se sintió herido por la invitación que se le hacía, y contestó rechazándola, pronunciando estas admirables palabras: «Por español fuí autonomista; quise evitar a mi patria un gran dolor; todos mis esfuerzos fueron inútiles, se estrellaron ante el cumplimiento inexorable de una ley histórica; hoy más que nunca me siento unido a España, porque llegó para ella el instante de mayor sufrimiento. A esa nueva nación (Cuba) deseo todo género de dichas y venturas, y más que nada que sepa ser libre y ser justa. Yo nací español y español moriré.»    

 

EN WIKIPEDIA   Siendo todavía niño se trasladó con su familia a España, viviendo primero en Cádiz y desde que tuvo diez años en Madrid, en cuya Universidad estudió las carreras de Filosofía y Letras y de Derecho, graduándose de abogado en 1860. Un año antes recibió de manos de Olózaga un premio a la elocuencia en la Academia de Jurisprudencia y Legislación. El 15 de noviembre de 1857 ingreso como Miembro en el Ateneo de Madrid (con el número 1769, presentado por Enrique Lemming, Fernando Cos-Gayón y Gabino María Armeiza), donde muy pronto se dio a conocer gracias a sus facultades como orador. Se inició en el periodismo en El Contemporáneo y en La Discusión. En la Revista Hispanoamericana (1864-1867) pronto propuso la autonomía de Cuba.

 

Fue gran activista de la Sociedad Abolicionista Española fundada en 1865, siendo presidente del Comité ejecutivo desde 1868 a 1876 en que ocupó la Presidencia de la Sociedad,4 que se disolvió en 1888, una vez erradicada la esclavitud de las naciones hispánicas. Su antiesclavismo le granjeó grandes enemistades en Cuba, asegurando Miguel Moya (Oradores políticos) que un periódico integrista cubano abrió suscripción para premiar a quien lograse aniquilarle: «Por sacarle los ojos, 100. Por partirle el corazón de una puñalada, 500. Por arrastrarle, 1.000 pesos.». En 1871 fue elegido diputado en Cortes por Infiesto, Asturias, sin pertenecer a ningún partido político. Labra logró que la Asamblea Nacional aprobase la Ley de abolición de la esclavitud. Fue uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza en 1876. Fue rector de esta entre 1881-1882 y entre 1885 y 1918

 

(1)  (Nació en Cangas de Onís en 1.° de Febrero de 1788. Hijo de acomodados labradores asturianos, cursó en la Universidad de Oviedo los estudios de la Facultad de Derecho, figurando su retrato en la iconoteca de la Universidad asturiana. Cuando iba a hacer los ejercicios de Licenciado estalló la guerra de la Independencia y se alistó como voluntario en el ejército asturiano de defensa, siendo nombrado en 28 de Mayo de 1808 sargento primero, llegando en 1812 a alcanzar el grado de capitán. Combatió hasta 1814 en Asturias, Galicia, León, Castilla y Cataluña. En 1820 era coman- dante de tropas ligeras y estuvo preso, durante seis meses, por sus ideas liberales en el castillo de San Sebastián, de Cádiz. Fugado del castillo, participó en el alzamiento de Riego, y posteriormente de- fendió, como jefe, la plaza de Pamplona contra los cien mil hijos de San Luis, ganando la cruz de San Fernando. A mediados de 1823 emigró a Inglaterra, viviendo allí penosamente durante once años.

El año 1834 regresó a España, y en Febrero de 1836 partió para la Habana siendo coronel del regimiento de Galicia hasta que en 1843, al ser ascendido a brigadier, se encargó del Gobierno civil y mili- tar de Cienfuegos. Su gobierno en Cuba fué modelo de tolerancia y de justicia, dejando allí numerosos amigos. Regresó a la Penín- sula en 1849, aceptando en 1850 la Comandancia general de Almería, que desempeñó hasta 1851, en que se estableció en Madrid con el carácter de general de brigada de la reserva, dedicándose exclusivamente a la educación de su hijo. Murió en 8 de Mayo de 1870.    

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