“En la historia del Oviedo los rivales que más nos han complicado son los que parecía que no luchaban de forma directa con nosotros. Los equipos que acaban de ascender vienen con la ilusión de disfrutar de un buen partido, un buen campo, un buen rival, una gran afición... Lo que han perdido lo han hecho por un sólo gol. Para muchos de nuestros rivales es el partido del año. Es un partido trampa”. Lo tiene claro Félix Sarriugarte. El técnico del Real Oviedo no se fía de la visita del colista al Carlos Tartiere. “Es un equipo que toca el balón que juega por dentro y que basa su fuerza en el colectivo”, advertía el entrenador carbayón.

Durante toda la semana se han sucedido la probaturas de cara al ‘once’ que el domingo al mediodía salte al terreno de juego. “He probado muchas cosas. En esta plantilla todos pueden participar. Se trata de sacar el mejor rendimiento a cada jugador. Haremos cambios, aunque esperaremos por los que ha estado tocados (Casares y David Fernández) En función de como estén decidiremos. Mañana es el entrenamiento decisivo porque hacemos más velocidad. Si no están al 100 por 100 no contaremos con ellos. Si están tienen posibilidades”, explicaba Sarriugarte.

Las claves para volver a sumar tres puntos son claras. “Debemos ser más regulares en juego y rendimiento, sobre todo después de una derrota. Tenemos que mantener la intensidad y consolidarnos con una mayor continuidad. Quizá aquí más que en otros sitios si ganas es todo blanco y si pierdes todo negro. Debemos mantenernos fríos y conocer los porqués de las cosas”.

Ha sido una semana intensa de trabajo a todos los niveles, en el campo, fuera del terreno de juego (visionado y análisis del partido ante el Salamanca) e incluso una barbacoa para fomentar el compañerismo sin olvidar que los lesionados de larga duración están a punto de reaparecer “Xavi Moré está en el camino. Está muy cerca aunque poner plazos no es bueno. También Álvaro Cuello está en esa disposición ambos están cerca del final”, concluía Sarriugarte.