3 a 0 podría ser un resultado lo suficientemente holgado como para pensar que la visita del Alcalá no fue más que un trámite para el Oviedo, nada más lejos de la realidad. Los carbayones tuvieron que ponerse el mono de trabajo para sacar adelante el choque.
Dani Barrio volvió a ser providencial antes del 1 a 0. El guardameta azul, cada día más maduro y asentado, evitó con un par de intervenciones que los madrileños se adelantasen en el marcador.
El Oviedo había entrado frío en el partido, el atasco de figurantes en la foto del 'once' antes del inicio del partido y el saque de honor de la Reina de las fiestas de San Mateo, no fueron del agrado de Félix Sarriugarte. Superado ese inicio los carbayones empezaron a dominar el centro del campo y precisamente Aitor Sanz hacia el 1 a 0 antes del descanso.
El inicio de la reanudación fue un calco del comienzo del partido. Un Oviedo con dudas y un Alcalá que por momentos se creía capaz de sacar algo positivo del feudo azul. Sólo la calidad individual de Aquino primero (con un zapatazo desde 40 metros que se estrellaba en el larguero de la portería del equipo madrileño) y Manu Busto después (aprovechando el rechace para marcar) tranquilizaron a los más de 8.000 aficionados que se dieron cita en el Tartiere. Poco después, Javi Casares establecía el definitivo 3 a 0.
El caso 'Señé'