¡Qué falta de Educación!

En el año 2011 la educación española dispondrá de 1.800 millones de euros menos. Es la decisión tomada por las CCA A, responsables finales de la misma y culpables, además, del déficit presupuestario, el despilfarro, la mala gestión y la corrupción (en la parte que les toca) Esto supone, añadido a los recortes en los sueldos de los profesores, tijeretazos en becas, actividades extraescolares, infraestructuras, transporte escolar, formación del profesorado, reformas, fotocopias, luz, agua, calefacción, papel de wc… La UE censuró contundentemente y de inmediato los recortes educativos en un país donde:
-Se invertía ya menos dinero en Educación (4,3% del PIB) que la media de la UE (5 %) y la OCDE (5,3)
-La tasa de abandono escolar (31,3 %) duplica la media de la UE (14,4)
-Ninguna universidad española aparece en ranking de las 100 mejores del mundo
-El paro juvenil supera el 42% y cada vez hay menos oportunidades laborales para quienes carecen de estudios
La anestesiada sociedad española, mientras tanto, permanece impasible ante este atentado y sus víctimas, los hombres y mujeres del futuro, apenas se han movilizado (en Gijón, la protesta por estos recortes no logró reunir ni a 100 estudiantes de secundaria) La oposición -ninguna- tampoco se ha quejado, ¿para qué?
El fracaso escolar es una de las señales más de deterioro de este país, el principio del fin, puesto que aumenta las diferencias sociales y culturales, multiplica la marginación, asienta la pobreza, aumenta la violencia callejera y favorece la delincuencia juvenil. No existe ninguna otra inversión que produzca mayores retornos sociales y económicos que la Educación. La cultura es la principal arma de la revolución, refina el talento, despierta el espíritu crítico, permite la plena incorporación de la mujer a la sociedad...
Sólo a los gobiernos mediocres con ansias dictatoriales, como los nuestros, les espanta la posibilidad de un pueblo educado, culto y con criterio.  Para eso tenemos las televisiones públicas: para adormecer, para engañar, tergiversar, desvirtuar, para confundir la realidad con la propaganda política. Entre cotilleos  abyectos, bazofia,  falso periodismo, violencia, machismo, manipulación…la ciudadanía babeante no se queja, no le da la cabeza para más, ya la tiene llena de basura. Y eso es lo rentable para las cadenas, para la publicidad, para los grupos mediático-políticos a los que el Estado ha concedido un instrumento esencialmente educativo, convirtiéndolo en un negocio millonario.
 En España un 45% no lee nunca un libro y casi un 40% no abre un periódico. Pero cada español  pasa frente al televisor una media de 4 horas diarias. Este es el país en que vivimos. Tranqui, de seguir así, lo recordarás como bueno.



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