Dignidad

Y, por fin, mañana, le llevarán volando a Mingorrubio. No le escoltarán ni la Guardia Mora ni los aviones alemanes de la Legión Cóndor. Pero, por fin, sus restos se enterrarán en un lugar adecuado, en donde siempre deberían haber estado, en el panteón familiar, ahora junto a los de su esposa. Desde su muerte, todos sabemos que su alma también se encuentra en el lugar que le correspondía: a la derecha del Padre. En definitiva, cuarenta y cuatro años después: asunto solucionado.
Desde mañana, España, será un país mucho más digno. Y para completar su dignidad, una vez que el dictador Franco esté a buen recaudo, solo falta poner manos a la obra y, de una vez por todas, sacar a sus represalíados de los cientos de cunetas y lugares ignominiosos repartidos por todo el territorio nacional, y devolverlos a sus familias. Debe hacerse sin dilación para acabar, ya, con una de las etapas más negras de nuestra historia contemporánea.
La Transición no estará completada hasta que todos los españoles ocupen el lugar que les corresponde.  



Dejar un comentario

captcha