Guardia Real

El pasado martes, día 9, me encontraba en el monte de Cimanes del Tejar, en la vecina provincia de León, enseñando a dos cachorros en un coto de caza intensiva. Dio la casualidad que ese mismo día, un numeroso grupo de alumnos aspirantes a la Guardia Real -desplazados temporalmente en el ABA (Academia Básica del Aire) de la Virgen del Camino- realizaban un ejercicio práctico de orientación individual, valiéndose de un mapa topográfico y una brújula y cargando con todos los pesados pertrechos de campaña. Uno de los puntos de control para los alumnos estaba situado en la cabaña del "cuartel" de caza en donde yo practicaba.
Por la sorpresa recibida al ver el goteo de soldados y por curiosidad busqué la ocasión de charlar brevemente con alguno de los alumnos en los escasos segundos que permanecían trabajando cada uno de ellos en el puesto de control antes de reiniciar velozmente la marcha a la búsqueda del puesto siguiente. Me llamó la atención, pese a las duras condiciones de su marcha y a su juventud (supongo que todos en la veintena de años), la educación y la simpatía en el trato que me ofrecieron aún teniendo en cuenta, por la premura de su tiempo, la importunidad de mi conversación.
A medio día también pasaron por el lugar cuatro mandos de la Guardia Real (unidad militar al servicio del Rey), acompañados por el Cabo Mayor del ABA, que seguían, apoyaban y controlaban las evoluciones de sus alumnos. Al igual que sus discípulos, personas involucradas en su trabajo, educadas y de conversación amena. Siento no conocer sus nombres -entre ellos había una mujer-, con los únicos datos que me quedé fueron los de que uno de ellos era oriundo de Cuellar (Segovia) y el Cabo Mayor de la ABA vecino de La Corredoria (Oviedo). Al final, también por curiosidad, probaron todos, con disparos al aire, mi escopeta de caza.
Quien me lo iba a decir que -después de haberme licenciado del ejercito, en el siglo pasado, según consta en mi cartilla militar como Cabo Tirador de Primera- haya sido por unos momentos instructor de tiro de la Guardia Real.
Por lo vivido el martes, Felipe y Leticia están en buenas manos. 



Dejar un comentario

captcha