Los cachorros conservadores

Los líderes de las dos formaciones más representativas de la derecha española, Partido Popular y Ciudadanos, después de la reunión mantenida ayer con el ganador de las últimas elecciones generales, y aspirante a la presidencia del Gobierno por el Partido Socialista Obrero Español, dijeron en la rueda de prensa posterior que "ni apoyarían ni se abstendrían" para facilitar que Pedro Sánchez fuera elegido Presidente de la nación. Eso sí: a ambos, Pablo   Casado y Albert Rivera, se les llenó la boca para postularse, si fuera preciso, como colaboradores en los grandes asuntos del Estado.
El apoyo, incluso la abstención, al legítimo aspirante a la presidencia como ganador de las elecciones generales, supondría que Pedro Sánchez, y su partido el PSOE, no necesitaría para su investidura recabar los apoyos de nacionalistas, independentistas y comunistas, grupos que están en el punto de mira -claro está: mientras ellos no les necesiten- de Pablo Casado y el Partido Popular y de Albert Rivera y Ciudadanos. Pero, dicho apoyo, no está entre lo que ellos consideran "grandes asuntos de Estado", ¡faltaría más!.
 Pablo Casado y Albert Rivera -la derecha española- quieren los asuntos de Estado hechos con patrón y a su medida. Para ellos el interés de España y los españoles (cuando con "altura de miras" podrían mandar al independentismo al dique seco por una larga temporada, por poner un ejemplo) es algo subsidiario. Más pronto que tarde, junto a sus socios de VOX, estarán pidiendo otro 155. Y no solo para Cataluña, con sus programas también un 155 para el resto de España y los españoles.
Así funcionan, alentados por los grandes geoestrategas ultra liberales, los cachorros de la "nueva" política conservadora.



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