En defensa de España

Sé que el título no es original y seguro que otros columnistas y escritores ya lo han utilizado en los últimos doscientos años y que el noventayochista don Ramiro de Maeztu tiene un ensayo de alto voltaje que se llama “Defensa de la Hispanidad”  y que la temática “me duele España” ha sido una constante en la literatura del siglo XX con autores como Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Blas de Otero, Gabriel Celaya, Dionisio Ridruejo…pero esta época preelectoral, de pasodoble, foto, promesa y engaño, si el españolito de a pie no razona y reacciona , nuevamente podemos vernos metidos en una situación muy delicada, de difícil solución . Ya va siendo hora que asimilemos que los problemas de España si no los resolvemos nosotros, no nos lo va a resolver nadie, y es que si a nosotros nos va mal, a otros les va a ir mejor. Simplezas y evidencias de la vida. Los chalecos amarillos, de momento, afectan a Francia. En una época de turbulencias y mentiras constantes, con el silencio cómplice de muchos intelectuales, y próximas unas elecciones generales- las terceras en menos de cuatro años- nuevamente nos encontramos en el dilema de votar, de discernir, de buscar la mejor opción, la más seria, coherente, rigurosa y segura, y el tema no es fácil, pues es tal el cúmulo de manipulaciones y falsas noticias que soportamos a diario, que el ciudadano, por mucho que se informe, no lo tiene fácil y más aún cuando la ley electoral, que nadie quiere reformar, permite las desigualdades que todos conocemos, ya que no vale igual el voto de Cuenca que el de Barcelona o Bilbao.  

Aun así, con estas limitaciones y a pesar del poder desmedido y tóxico  de algunas televisiones y medios de comunicación, me atrevo a escribir estas palabras que pretender servir de ayuda ante la situación que se avecina, donde una vez más tiene el ciudadano que demostrar esa madurez y sentido de estado de los que carecen sus dirigentes por más votos o menos que tengan. Estamos en la época del todo vale y  el estado de Derecho, si no lo impedimos, puede  convertirse en mera retórica, palabra hueca, ceremoniosa, publicidad,  y esto favorece todo tipo de estrategias y medios a cual más irrespetuoso o mezquino, pues el fin , que no es otro que el poder, todo lo justifica. Es lógico que todo político tenga sus ambiciones, que  trabaje y se esfuerce por llegar al poder y desarrolle los proyectos y planes que tiene para la sociedad, pero no a cualquier precio y menos al de desestabilizar y enfrentar a sus vecinos, y en esa tesitura hemos estado y podemos estar si no lo impedimos, si no lo frenamos con nuestro voto, y creo que ejemplos e imágenes de lo que ha pasado y puede pasar las tenemos todos muy recientes. Creo que ha llegado el momento de que la sinrazón y la indignidad no deambulen por  nuestras calles y menos que tengan premio. Mientras en esta feria de vanidades que alimenta la política y encubre las ambiciones deshonestas de muchos,  se oyen y airean  promesas que colman las  ilusiones,   las necesidades de los más necesitados, aunque  sospechen que compromiso sin dinero se queda en mero deseo, cuando no en decepción, pero aun así, esperan y es que en  España, desde el siglo XIX, se sabe que los cambios en el Gobierno  permiten el trabajo de unos y el paro de otros, y esto a esto se dedican muchos. Suele decirse que los que escriben se tienen que abastecer de soledad y sociedad , y hoy precisamente en una de mis visitas a Oviedo me he encontrado con dos antiguos alumnos, expertos en Derecho y de edad media, y en ambas conversaciones salieron sus preocupaciones por el delicado momento que atraviesa nuestro país, y han sido una apoyatura o empuje de estas letras, que no buscan otra cosa que avisar, prevenir. En este momento en que escribo se desconoce el programa electoral de la mayoría de los partidos políticos, hasta ahora sólo han dejado alguna que otra perla o destello para alimentar polémicas, debates, ansiedad. Ayer, 27 de marzo, con gran boato,  se presentó el Programa Electoral del PSOE y sorprende a vivos y extraños que el tema más grave que azota a España que es el problema catalán, no tenga el tratamiento , desarrollo  y respuesta que todos esperamos. ¿Por qué ese silencio, ese pasar página? ¿Ya asume lo inasumible? ¿Habrá indultos? Desconozco las ventajas que ha obtenido Cataluña en estos casi 9 meses de gobierno de Sánchez, pero supongo que algunas, que quizás cuantificadas asciende a dígitos importantes.  De los gastos que ha ocasionado el problema, mejor no hablar. ¿A cuánto ascenderá el juicio del ‘procés’?...¿Es ese el camino a seguir? ¿Es ese el reparto equitativo que siempre ha propugnado el PSOE? ¿Puede y debe el partido de la igualdad favorecer la desigualdad, o dicho de otro modo que las autonomías ricas no se preocupen de las pobres, pues si unos reciben, más alguien va a recibir menos? ... Mientras Extremadura sin tren y Asturias sin Variante de Pajares después de 35 años…    

Sé que como toda cita electoral  habrá muchas propuestas y promesas que encandilen los ojos del votante y algunas de ellas de útil y necesaria aplicación, pero sólo pido y exijo,  incluso ante notario, que con nuestro ADN, con la UNIDAD DE ESPAÑA no se juegue. No está en venta y si alguien lo duda que se lo pregunte a los españoles andaluces.  No basta con poner y quitar banderas constitucionales y europeas, para al día siguiente formar gobierno con quienes las pisan, queman y exigen relato. En este tipo de chantajes ya se ha caído imprudentemente - o al menos así quiero pensarlo -  una vez y no puede repetirse. España existe y tenemos una historia común que nos avala. Si alguien no me cree, consulte a Cervantes.  



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