El despoblamiento rural en asturias tiene solución

Una de las mayores preocupaciones de la clase política en la actualidad es el despoblamiento del mundo rural, pero las soluciones que barajan son ilusorias, utópicas, quiméricas, porque todas ellas adolecen de lo que yo denomino irónicamente «eau de cu», es decir, aroma de cuadra.

Ninguno de los que participan en su elaboración ha pisado el campo y, si lo ha hecho, ha sido para quejarse de las hormigas, de las abejas o de ambos insectos a la vez. En la última sesión del Seminario Gerardo Turiel, tuvimos la suerte y el placer de asistir a una conferencia pronunciada por nuestro querido amigo Manuel Cimas, con el que transitamos por el olor a cucho, a hierba fresca, a flores, a naturaleza, en fin, con el que tuvimos ocasión de darnos un baño de optimismo, no exento de realismo, sobre el futuro del campo asturiano y sobre las elementales medidas que habría que aplicar para luchar contra el despoblamiento.

Son todas ellas tan sensatas y tan plagadas de sentido común que el candidato que las incorpore a su programa electoral a buen seguro recibirá un apoyo masivo del mundo campesino.

Comencemos enumerando los activos con que cuenta Asturias: agua abundante y de extraordinaria calidad, buenas comunicaciones que vertebran todo el territorio del Principado, buenos servicios y mano de obra cualificada.

Enunciemos ahora los pasivos: una Administración hipertrofiada con un número excesivo de funcionarios (60.000 para 1.000.000 de habitantes) que bloquea proyectos, cuando no los aborta o retrasa, por el gran número de trámites y permisos; un exceso de legislación interpuesta, prohibitiva, sancionadora, que ralentiza los ritmos; una carga fiscal y laboral excesiva.

Para luchar contra el despoblamiento, hay que aplicar medidas sociales, fiscales y económicas.

Dentro de las sociales, el lugar de honor lo ocupan las tendentes a promocionar y fomentar la natalidad, elemento clave para fijar población.

Las fiscales deben partir de una realidad innegable: vivir en la zona rural supone pagar un peaje de mayor desplazamiento y de menores servicios; establecer un IRPF diferenciado es obligado. Las medidas económicas están referidas a cada uno de los sectores propios de este ámbito. Caza y pesca. Asturias cuenta con el mayor número de especies cinegéticas de Europa. Incluso de especies que no lo son, como el lobo, se podría obtener rendimiento cuando las circunstancias lo aconsejaran.En León, en concreto en Riaño, se permite su caza por el nada desdeñable precio de 12.000 euros ejemplar. Aquí los mata la guardería.

En cuanto a la pesca, el acotamiento de los ríos para la pesca sin muerte es un gran atractivo generador de riqueza.

Por lo que atañe al potencial forestal, actualmente está en explotación el 35 por ciento, y fácilmente se puede alcanzar el 50 por ciento. Pinos, abetos, nogales, hayas son especies de alto rendimiento.

El conferenciante se hacía una pregunta que a todos nos dejó pensativos: ¿por qué el mercado del mueble está en Valencia cuando en esa comunidad no hay árboles?

Dentro de la ganadería destacó el importante papel que puede jugar el ganado equino, cuya carne es sana, casi de hospital, y con un gran mercado en Francia.

¡Qué decir del ganado ovino y bovino y de la subsiguiente producción de queso! Kiwis, flores y hortalizas ocupan también un lugar medular, vinculadas al cultivo en invernaderos. Las hortalizas, en concreto, se consumen en mercados locales, y Asturias cuenta con la mayor ratio de supermercados de España.

En fin, invito a los lectores a que escuchen la conferencia completa: una carga de euforia y de esperanza.

Pero ya lo dijo Bertrand Russell: «Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos, por hacer imposible lo posible».  



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