Reflexiones tras la huelga del 8 de mayo

Las calles se llenaron de dignidad para demostrar que somos imparables. Muyeres diversas que salimos a la calle porque no vamos a renunciar a ningún derecho, porque los derechos no se regalan, se lucha por ellos y eso demostramos ayer en Gijón. Había muchos niños y niñas, ellos y ellas son  el "futuro feminista", que nos demuestran que una generación viene cargada de fuerza para vencer al patriarcado.También destacamos la presencia de las mujeres rurales, que acudieron organizadas, por primera vez a la manifestación. También los compañeros, que trabajaron y participaron ayer en los piquetes, en los espacios de cuidados, en la calle gritando con nosotras, a nuestro lado. Muchas mujeres que no pudieron asistir: trabajadoras internas en casas, trabajadoras en empleos precarios y amenazadas de despido... ellas estaban también allí de alguna manera, en nuestras voces y reclamas.  A nivel laboral destacamos el paro masivo en el ámbito educativo y también un paro del 51% en la Justicia asturiana que es todo un hito.

 

Esta lucha es absolutamente necesaria porque mientras estábamos en las calles, otra mujer fue asesinada, por eso no nos van a callar, no daremos un paso atrás hasta que no alcancemos la igualdad.

 

Sin duda alguna, las feministas estamos cosechando victorias a base de luchar unidas por liberarnos de un opresión que sufrimos todas las mujeres trabajadoras. Cada día la lucha por los derechos va creciendo, porque van creciendo las mujeres y colectivos dentro del propio movimiento 8M.

 

Éramos tantas, tantas, en realidad toda la sociedad,  que ya no cabíamos en la calle, no es cuestión del tamaño de las calles y del recorrido, es que éramos una verdadera marea luchando por la igualdad. Se dobló la asistencia a la manifestación, no sólo en Xixón sino en toda España y hubo miles de manifestaciones en todo el mundo, esto es un movimiento global de transformación social.

 

El 8M continúa hoy, nuestras reivindicaciones tienen que ser escuchadas y nuestras peticiones tienen que convertirse en leyes. Porque hemos venido para quedarnos y lo hemos demostrado con otra jornada histórica, que le ha dicho a la derecha y al fascismo que deben tener claro que nos tendrán enfrente defendiendo nuestros derechos. Por mucho que lo intenten el feminismo sigue siendo combativo, anticapitalista y en defensa de las mujeres más precarizadas; porque somos un movimiento transformador de la sociedad y no un producto que vender.  SOMOS IMPARABLES.



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