La importancia de llamarse "Robertini"

Ayer fui a los toros en Gijón, no sin antes ver a la entrada a unos 600 ciudadanos manifestarse en contra de la fiesta nacional. No es que sea un forofo de este espectáculo pero siempre me sirve para practicar la fotografía y saludar a amigos del verano gijonés. Mientras los manifestantes gritaban con convicción "Esta plaza la vamos a cerrar" el coso de El Bibio se llenó algo más de la mitad para ver una corrida de rejones a cargo de Andy Cartagena (dos orejas), Diego Ventura (dos orejas) y la francesa Lea Vicens que no tuvo su tarde aunque lo intentó.

Alguien me dice con la corrida comenzada y apareciendo un ligero orbayu que afortunadamente no llegó a más que me fije en el poderío económico del público asistente. La zona de sombra, la más cara, llena, mientras la de sol prácticamente vacía. Fue una corrida algo aburrida dada la flojedad del ganado de un marca portuguesa. Tanto fue así que Diego Ventura, cabreado con su segundo toro que huía del caballo con alma que llevaba el diablo, pidió permiso a sus compañeros de terna y a la empresa para al final torear el sobrero. Casi terminamos de noche pero el rejoneador portugués, todo un artista, cortó dos orejas y salió con su compañero Andy Cartagena por la puerta grande. Los antitaurinos, supongo que cansados, se habían ido. Por cierto no vi gente de Oviedo salvo la directora de la Fundación Princesa de Asturias Teresa Sanjurjo que por lo visto es muy aficionada al arte de Cuchares.

Peso a lo inestable del tiempo y la falta de promoción de los tres centenarios de Covadonga y su zona Asturias cada vez está más de moda. Oviedo mismo registra muchas visitas, "El Escorialín", por cierto, continúa cerrado, pese a las protestas del concejal de Ciudadanos Luis Pacho al tripartito, y los hoteles están prácticamente llenos. Me da la impresión de que habrá pocas sorpresas en las cabezas de candidaturas a las municipales para el ayuntamiento de la capital. Wenceslao López irá por el PSOE, Mario Arias por el PP, Luis Pacho por Ciudadanos, Roberto Sánchez Ramos por Izquierda Unida, y veremos a ver quien encabeza la de Foro. Es lo que se dice toda una renovación.

Me doi un garbeo pro la calle de San Bernabé donde nací y la vía que más aprecio de la ciudad con la excepción de la que lleva mi nombre en La Florida. Haciendo un alto en la coqueta vinoteca de "Me apetece" topo con un vermut rico, rico, que diría ese cocinero vasco que sale en la tele, Karlos Arguiñano, elaborado y embotellado en Pelugano (Aller). Cuenta una leyenda urbana de este bonito pueblo asturiano que era la parroquia más pobre de la provincia y que un día el arzobispo llamó al párroco a capítulo para saber por qué recaudaba tan poco: "Ay, eminencia -dijo el cura-, es que se trata del pueblo de las tres pes; pocos, pobres y puñeteros". Bueno, el caso es que allí un vecino, el empresario Roberto Fernández ha instalado sus bodegas sacando al mercado cada año 8.000 botellas de este vermut que se llama "Robertini" que es como se le conocía hace años cuando era jugador de fútbol en la tercera división asturiana. La botella, además de la leyenda explicativa, muestra una foto del padre de la rapaza, esto es, del vermut que, como digo, nada tiene que envidiar a los de fama consolidada. Un buen ejemplo, por tanto, de un buen emprendedor empresarial.

Creo que Mariano Rajoy ya ha tomado posesión como registrador de la propiedad en Madrid. La plaza que ocupa es la que tenía hasta ahora, que se acaba de jubilar, el asturiano Javier Navia-Osorio y García-Braga, quien supongo retornará a su zona de Villayón donde posee la que algunos consideran la finca más grande de Asturias con pista de aterrizaje para ultraligeros incluida. Mariano Rajoy tenía pensado acceder a una plaza en Colmenar Viejo, la que deja, por cierto, libre también por jubilación otro ilustre asturiano, Emilio García-Pumarino, pero para el ex presidente del Gobierno seguro que cuando más cerca siga estando de Génova, la sede central del PP, mejor que mejor.



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