El resurgimiento del centrismo

En nuestro querido paraíso natural cada vez hay menos indios, quiero decir que Asturias, patria querida, se acerca inexorablemente a la pérdida del millón de habitantes, ahora está en 1.028.000 tras bajar otros 6.825 el último año. Y todo ello, además, en un mundo loco, loco, como el nuestro. Menos mal que José Luis Rodríguez Zapatero visita a Oviedo para dar alas a los bablistas mientras Javier Fernández se refugia en su despacho para charlar sobre Cudillero y así no coincidir con su compañero de partido, el ex presidente del gobierno de la nación, cazurro por más señas.

A todo esto veo al Partido Popular en caída libre. Lo de Cristina Cifuentes es un esperpento de mucho cuidado, como a César apuñalada por los suyos que ya me dio mala espina cuando no hace mucho denunció ciertas corrupciones de la época de su todavía colega Esperanza Aguirre. Cada vez más apretado el presidente Mariano Rajoy cual gran Houdini rasca los bolsillos de Cristóbal Montoro y encuentra casi dos mil millones de euros para que las pensiones se revaloricen, por fin, como el IPC, condición del PNV para apoyar los presupuestos generales. Creo que la presión en las calles de los pensionistas, el charnego Pepe Alvarez, secretario general de la UGT, ya está colocándose medallas, y la agudeza de los vascos han logrado semejante objetivo. Otro bandazo más del registrador gallego a quien no solo le están creciendo los enanos sino hasta el pelo que según el psicoesteta Ramiro Fernández lo lleva mal aliñado aunque no tanto como el inefable Iñaqui Anasagasti.

Por fin va a abrir sus puertas el centro referencia estatal de enfermedades neurológicas "Stephen Hawking" en Langreo pero no podrá ostentar tal denominación al no haber pedido la Administración central a la familia del insigne científico permiso de utilización de su nombre. Yo le pondría el nombre del doctor Vicente Vallina, traumatólogo de fama internacional, fallecido hace años, langreano de nacimiento, y recuperador de mineros en los tiempos dorados del sanatorio Adaro, cuando era de las empresas mineras.

El Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA) acaba de reelegir como director al bibliotecario mayor de la Universidad de Oviedo Ramón Rodríguez. Me alegro por ambos. En su día quise que el bueno de Ramón Rodríguez se metiera en política para aspirar a la alcaldía de su concejo, Llanera, pero fracasé. Creo que el Principado debería de fijarse en sus cualidades y nombrarle ahora cronista oficial de Asturias, cargo vacante desde el fallecimiento hace más de quince años de Joaquín Manzanares.

Lo que sí continúa sin resolverse es el futuro de Duro Felguera. El financiero Blas Herrero tras haber ocupado unas cuantas páginas en los medios anuncia lo que temí desde un principio, que se retira de la operación para rescatar la emblemática empresa asturiana. Lógico, una cosa es predicar y otra muy distinta dar trigo y a Casildo le es muy difícil arriesgar soltar la grava cuando llega el momento de la verdad. Lástima.

Me consta que los de Ciudadanos han comenzado a buscar independientes por esta Asturias de nuestros amores. Solo quedan trece meses para las elecciones municipales y hay que colocar muchos nombres en las listas. Mi espía preferida, la XP XIII, que anda algo vaga últimamente, me comenta que mi admirado colega y ex columnista de "La Nueva España" Javier Neira ha fichado por el partido de Albert Rivera y en una de estas bien podría encabezar la lista de candidatos al ayuntamiento de Oviedo. Tengo la sensación de que estamos asistiendo al resurgimiento del centrismo, como en los buenos tiempos de UCD.



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