FADE: Nuevo patrono

Por fin se celebraron elecciones para la presidencia de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) y como estaba previsto ganó Belarmino Feito con un 61 por ciento de los votos frente al joven Alejandro Díaz. Feito es un empresario moderno que ha logrado introducir su empresa, Asturfeito, ubicada en Avilés, en los más difíciles mercados internacionales como fabricante de equipos industriales de alta precisión. Como vicepresidente que es de Femetal, la patronal asturiana del metal, fue propuesto por este sector para suceder a Pedro Luis Fernández cuyo mandato al frente de la patronal asturiana no pasará precisamente a la historia.

Me consta que el nuevo presidente va a acometer una remodelación profunda de la patronal con el ojo puesto evidentemente en la concertación regional y en las relaciones con el gobierno del Principado y los sindicatos más representativos como UGT, CCOO y USO. La candidatura de Belarmino Feito fue apoyada por los sectores de hostelería, construcción y grandes empresas como Arcelor Mittal. En su primera intervención como nuevo presidente llama al optimismo. Está bien pero con gran dosis de realismo que Asturias hace agua por muchos agujeros y si no cambian las tornas de nuestra sociedad vamos camino de la desertización humana que es lo peor que le puede ocurrir a una tierra histórica como es la nuestra.

Siempre he sostenido que está muy bien el desarrollo turístico de esta Asturias, paraíso natural, pero el futuro de nuestra autonomía tiene que pasar obligatoriamente por la recuperación industrial cuyo sector del metal debe ser fuente de creación de empleo y desarrollo de I+D. Lo que representa la firma Asturfeito con sus cien trabajadores especializados. Tenemos la suerte de que Arcelor Mittal mantiene su apuesta por sus instalaciones en Avilés y Veriña con cerca de 7.000 empleos directos y tira del sector metal que es quien a partir de ahora marcará el camino a FADE, eliminando capillitas y grupos de influencia extra empresariales. Lo malo es que en mi opinión la Administración asturiana no está correspondiendo al esfuerzo que patronal y sindicatos hacen para mantener el barco a flote. Javier Fernández está cansado y desilusionado con su propio partido tras el triunfo de los sanchistas en el Principado y no ve la hora en que pueda retirarse a sus cuarteles de Somió. El PSOE asturiano está dividido como también tiene fuegos que apagar el Partido Popular con focos en Gijón, Avilés y Oviedo que Mercedes Fernández, quien sin duda volverá a ser candidata en las próximas elecciones autonómicas, tiene que solventar antes de las próximas municipales. Foro lucha con un Francisco Alvarez-Cascos que nunca se recuperó de su error en disolver el parlamento cuando fue efímero presidente de Asturias y a Ciudadanos le urge crear una estructura municipal de la que actualmente carece. En cuanto a la izquierda, IU no acaba de levantar cabeza mientras Podemos da la sensación de que como le ocurre a su líder Pablo Iglesias se está desinflando.

Asturias necesita un liderazgo fuerte en el terreno político y que no tenemos desde lo tiempos Pedro de Silva, ya llovió, y cuyos resto de dirigentes bienviven en la empresa privada, caso de Antonio Trevín haciendo de relaciones públicas institucionales de Macario Fernández, o de Juan Luis Rodríguez-Vigil refugiado en sus cuarteles de La Fresneda mientras prepara la historia del socialismo asturiano y encuaderna con cariño y arte sus memorias.

Asturias necesita, ahora que la empresa pública está pasando definitivamente a mejor historia, que el papel de los empresarios cobre mayor relevancia aprovechando, por supuesto, los años aún que nos quedan de rentas provenientes de las clases pasivas que en el Principado ya superan los 300.000 ciudadanos.

Creo también que el nuevo equipo de FADE debe de estrechar lazos con la universidad que no acaba tampoco de ser el motor que la sociedad asturiana espera. La falta de conexión, y hasta de cariño, diría, entre el Principado como patrono de la principal institución docente y ésta hace que el desánimo esté presente en su cuadro de profesores e investigadores. En fin, intensa tarea la que le espera al nuevo presidente de FADE pero confiemos en la buena pinta que tiene.



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