Deliciosamente Bueño

Asisto en la noche de ayer a la clausura de las jornadas de cine al aire libre en la localidad de Bueño (Ribera de Arriba), ese pueblo que por tercer año busca ser declarado pueblo ejemplar por la Fundación Príncipe de Asturias, que cuenta con más de 50 hórreos y que se asienta  a la vera del Nalón con la térmica de HC al fondo, la que tiene parados la mayoría de sus grupos, hasta el punto que se espera de un momento a  otro que HC presente por vez primera en su historia un ERE que afectará además a las empresas subcontratistas y eso que como la Telefónica gana cientos de millones de euros.

A la sesión con la pantalla colgada de una panera y que con la aparición de la lluvia hizo que el centenar de espectadores se refugiaran debajo de la vetusta construcción para visionar “La hija del capitán” del gran José Luis García Sánchez, asistió el citado director, el productor asturiano Juan Gona, el presidente de la Asociación Cultural de Bueño Belarmino Fernández y el alcalde socialista qde Ribera de Arriba José Ramón García Saiz en estos momentos el más veterano de Asturias ya que lo es y con mayoría absoluta desde 1986.

Antes de la proyección de la película hubo dos cortos realizados por alumnos del primer stage realizado por Juan Gona en sus magníficas instalaciones audiovisuales de Argame (Morcín). Uno, realizado por el ovetense Jaime Fiestas y otro, por la leonesa  Ana Francisco. También hubo un dialogo en público entre el director de cine José Luis García Sánchez, que acaba de finalizar la última película producida por Juan Gona y rodada en Argame, “Los muertos no se tocan, nene”, filmada en blanco y negro y con un guión que dejó inconcluso Rafael Azcona, colaborador y gran amigo de García Sánchez, y el crítico y periodista de La Nueva España David Orihuela, diálogo verdaderamente delicioso. Tras la proyección nos fuimos a Casa Chema en La Arquera en donde la tertulia continuó hasta casi la madrugada y en el curso de la cual el alcalde de Ribera de Arriba entregó una reproducción del escudo del concejo al laureado director de cine que a sus 70 años continúa en plena forma. A ella se nos unió uno de los promotores de estas jornadas de cine al aire libre, el economista Ignacio Muñiz, natural de Bueño, y que venía prácticamente con la lengua fuera de escuchar a Francisco Alvarez-Cascos -lo sabía, se ha encontrado con el caxón vació- en la inauguración de la 55 edición de la Feria Internacional de Muestras de Asturias en Gijón. Como era de esperar además de sobre cine hablamos de la crisis y el alcalde de Ribera de Arriba, que además profesionalmente es trabajador de la UGT, sentenció: “La crisis va a poner a cada uno en su sitio”. Gran verdad. Por cierto, me confirma que ya tiene a punto de inaugurar el centro de interpretación del hórreo a falta solo de adjudicar su funcionamiento a una empresa especializada. Bueño espera como agua de agosto, como la que ayer tímidamente cayó, la llegada del otoño en la que se llevarán a cabo importantes obras de mejora de su núcleo urbano. Estos días anduvieron por la zona helicópteros dedicados a medir para HC las tensiones de las líneas de alta que atraviesan el cielo de la hermosa vega de Bueño. El concejo ya disfruta de un coqueto y vanguardista puente que el alcalde logró sacar del bolsillo de HC a su presidente Manuel Menéndez. Durante la cena hablamos de todo, incluido el gobierno. Mucho de Valle, Inclán, por supuesto, sobre el que José Luis García Sánchez ha rodado un documental financiado por el ministerio de Cultura. El director, guionista y hasta actor ocasional, tiene interesantes proyectos entre manos, novela incluida, aunque por el momento dará un respiro a su productor preferido, Juan Gona. Tan a gusto se encontró, una vez más, García Sanchez en Bueño que hasta se fumó un puro lo que no hacía, fumar, desde 1992. El viejo, bolchevique, como le gusta que le califiquen, en su momento escribió una biografía de Dolores Ibarruri “La Pasionaria” de la que fue amigo. En fin, no se si los muertos no se tocan, pero ayer, también nos acordamos de Casablanca, como decía Humbrey Borgart “Tócala otra vez, Sam”.



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