Una medalla ¿a quién?

No estoy bien enterado, pero creo que el ayuntamiento de mi pueblo acaba de conceder una medalla o una insignia de oro a … y ahí mi duda. ¿A san Timoteo? ¿A la Cofradía de san Timoteo? ¿A las Fiestas de san Timoteo? Comoquiera que sea, el ayuntamiento, es decir, la juntanza de vecinos, ha premiado a los vecinos, unidos en la Cofradía del Santo. Nos hemos premiado, galardonado, condecorado a nosotros mismos, puesto que no creo quede luarqués de origen o de adopción que no se sienta parte de las fiestas, cofrade de pago o no,

Es bonito. Pongamos una reproducción en oropel de la insignia, la moneda, la condecoración o la medalla en lo más alto del asta del pendón que precede, proclama y anuncia el carro de los pellejos y de las tes, el vino y el pan a que siguen dóciles las autoridades y vecinos camino del soto de la romería centenaria.

Lamento no haber estado, pero no supe de la fiesta a tiempo. San Timoteo, que, como santo, ya tiene todos los galardones que cabe tener, y los fundadores, todos, o casi todos, ya del otro lado del espejo, habrán sonreído. Los luarqueses acaban de echar una moneda, una medalla, una condecoración, en el arca de sus tesoros más preciados, que es ese tinglado, ese arcón de san Timoteo, que a todos y a cada uno de algún modo, nos convoca y complica. Hasta los más serios, conspicuos, escépticos y habitualmente estirados, ese atardecer del veintidós de agosto de cada año, vuelven, volvemos a casa un poco piripis, con las pilas del sentido del humor recargadas para otra siega.



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