Lucir palmito en El Molinón

Agapito Iglesias se echó las manos a la cabeza cuando en el último minuto Lafita marcó el gol de la victoria para el Zaragoza. En una esquina unos 50 aficionados maños habían desplegado una pancarta: “Seguimos con ilusión; Agapito ya es historia”, pero entre tanto el presidente del Real Zaragoza se pasó todo el partido con Manuel Vega Arango a su diestra -no intercambiaron ni tres palabras; sería por los nervios- y con Maxi Martínez, presidente de la Federación Asturiana de Fútbol, azulón más que rojiblanco, a su siniestra.

Si no fuera por el resultado la tarde de ayer fue perfecta en El Molinón que registró su primer lleno tras la remodelación. Ambiente impresionante aunque ausencia de políticos, menos mal, al menos en el palco oficial del Sporting que cuenta con 68 plazas y ha quedado muy coqueto. Solo la alcaldesa de Gijón Carmen Moriyón, a la derecha de Vega Arango y con cierto aire sexy con sus pantis negros que venía, supongo, de correr por el parque de Isabel la Católica. En la parte baja de la tribuna veo al empresario José Cosmen Adelaida con gafas oscuras -sería para disimular el disgusto- ser consolado por su hijo Jacobo Cosmen. El psicoesteta Ramiro Fernández se funde en un abrazo en el antepalco con Mate Bilic. “Esto ya no hay quien lo arregle” me comenta contrito. Aunque no me atreví a decírselo al presi, creo que fue un error despedir a Manuel Preciado y fichar a Clemente quien el otro día acudió a la peluquería de Ramiro Fernández para ponerse coqueto encontrándose en el salón con su jugador Colunga.Ramiro -le dijo el entrenador- no le cortes mucho pelo que necesitamos su fuerza como Sansón“. Pues por lo visto ayer en El Molinón al psicoesteta se le fue la tijera. En el palco del ayuntamiento, jóvenes deficientes mentales que lo pasan pipa viendo al equipo de sus amores. Es un gesto de Carmen Moriyón y su equipo de gobierno que aplaudo. Por cierto, nunca vi en este campo de fútbol a Pilar Fernández Pardo. La salamantina, más intelectual, debe gustarle poco este deporte de masas. Mi colega de La Nueva España Cima me suelta a la cara que el gafe soy yo, que cada vez que voy al palco el Sporting pierde. Puede. Desde luego quien no lo es es Francisco Alvarez-Cascos. Hay una cosa que me gusta del presidente del Principado en funciones y es que no hace ostentación del cargo y cuando va en privado a los actos se mezcla entre el público sin darse importancia alguna. Por eso sé que estaba en las filas bajas de tribuna con su esposa María de la Hoz Porto y unos amigos siendo testigo fiel, como sportinguista que es, de la caída del club al puesto de farolillo rojo. Por la mañana, no para pese a la incertidumbre política que vive Asturias, estuvo en Grandas de Salime asistiendo al homenaje al bueno de Pepe el Ferreiro. Alguien me suelta al oido que si Foro Asturias gobierna de nuevo en Asturias el fundador del museo etnográfico de esa localidad será consejero de Cultura.

Unas guapas azafatas en el descanso ofrecen en el antepalco buen jamón y langosta. ¿Lo sabrá José Fernández ausente, supongo, por encontrarse en Marbella?. Entre tanto el grupo de productores Ignacio Fernández y Pedro Laguna continúan con el rodaje de la película sobre Enrique Castro “Quini”. “El brujo” estaba ayer muy elegante con su uniforme gris con el escudo del Sporting en la solapa. Siento decirlo pero la decadencia del Sporting es la decadencia de Asturias y parece imparable. Y es que cuando los políticos, principalmente de la izquierda, ya no acuden como antes a lucir el palmito al palco de El Molinón, malo



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