Parque de la Prehistoria de Teverga incorpora seis ejemplares de ciervu y venáu

Parque de la Prehistoria de Teverga incorpora seis ejemplares de ciervu y venáu

El Parque de la Prehistoria de Teverga ha incorporado tres nuevos ejemplares de gamos y ciervos, procedentes del Parque Faunístico de Lacuniacha en Huesca, que han presentado esta mañana la Directora General de Patrimonio Cultural del Principado, Otilia Requejo, la Alcaldesa de Teverga, María Amor Álvarez Ardura, y el Presidente del Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España, Fernando Morán.

El interés por introducir los ejemplares de ciervo (venáu) -Cervus elaphus- en el Parque de la Prehistoria responde a la continua presencia de esta especie, y posiblemente su antecesor el ciervo gigante -Megalocerus giganteus-, en el arte parietal astur en forma tanto de grabados como de pinturas. El ciervo actual, también llamado venado en asociación a la palabra “venablo” -lanza con la que se le cazaba desde la Prehistoria-, es un cérvido de gran tamaño, sólo menor que los alces americanos y asiáticos y el enorme wapiti. Su antecesor el ciervo gigante se extinguió en Europa hace unos 10.000 años en la última glaciación y era coetáneo del bisonte europeo, que ya está presente en el equipamiento tevergano. Los ciervos presentan dimorfismo sexual, siendo las hembras más pequeñas y menos corpulentas que los machos y sin cuernas, mientras que los machos tienen cuerna que renuevan cada año. El color del pelo es normalmente pardo en todo el cuerpo salvo en el vientre y los glúteos, blanquecinos, y pueden variar en la intensidad de su tonalidad según los individuos. Su dieta es exclusivamente vegetariana. Es una especie común en Asturias y especialmente en los alrededores del Parque de la Prehistoria de Teverga.

Los gamos son una especie menos frecuente en el Principado aunque están igualmente representados en el arte parietal, lo que nos indica claramente su presencia en el Paleolítico Superior. El gamo común o europeo se vio relegado a la región mediterránea tras la glaciación, no pudiendo recolonizar tras ella el continente de forma natural. A España vuelve de la mano de los romanos hace 2.000 años y actualmente se encuentra en libertad en la Sierra del Sueve. Se diferencia del ciervo común en su menor tamaño, sus astas palmeadas y su manto de pelo pardo-rojizo salpicado de motas blancas en primavera y verano y, al igual que éste, es herbívoro y presenta un notable dimorfismo sexual. Únicamente los machos tienen astas que están inclinadas hacia atrás y presentan tres candiles y una zona palmeada. A gamos y ciervos hay que sumar el resto de animales que se pueden observar de forma gratuita en los exteriores del equipamiento tevergano. En el Parque se encuentra una pareja de caballos Przewalski de origen prehistórico y  un centro de cría de bisonte europeo, gracias a un convenio de colaboración suscrito entre el Parque, el Ayuntamiento de Teverga y la Asociación Centro de Conservación del Bisonte Europeo en España.

La incorporación de ambas especies, en peligro de extinción y en vías de recuperación, es una iniciativa que busca la conservación e integración de estos animales que vivieron hace miles de años y de los que solo quedan 6.000 ejemplares de bisontes europeos en todo el mundo y 1.500 caballos Przewalski. En 2015 nacía una cría de Bisonte europeo en este centro, Astur, que en octubre de 2016 fue enviada al Parque Faunístico de Lacuniacha para ejercer de macho reproductor. El cercado de animales del Parque cuenta además con tres Uros de Heck o Neo-Uros. El uro, considerado el antepasado salvaje de todas las vacas del mundo, se extinguió en el siglo XVII y los ejemplares que se encuentran en Teverga son una recreación que se desarrolló en Europa en los años 30. Esta propuesta permite observar en vivo a los animales que ya pintaban nuestros antepasados, integrándose como un complemento perfecto a la visita guiada a la Galería y Cueva de Cuevas del Parque, a los talleres y actividades de arqueología experimental desarrollados en el equipamiento, al recorrido por la Senda del Oso y a la oferta turística local, sumando arte, cultura, naturaleza y conservación de especies en peligro de extinción.

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