El nuevo 'Código ictus' Asturias se implantará a comienzos de 2018

El nuevo Código ictus Asturias se implantará a comienzos de 2018

El nuevo Código ictus entrará en funcionamiento a principios de 2018, tras actualizar la formación de los profesionales. El aprendizaje incluirá a todo el personal que podría intervenir en la aplicación de este protocolo. Los ocho hospitales de la red pública, junto con el de Jove, podrán conectarse por videoconferencia para permitir la implantación del teleictus

 

 

Asturias.-La actualización del Código ictus entrará en funcionamiento en los primeros meses de 2018, una vez se haya completado el plan de formación de los profesionales y se cuente con todos los medios necesarios para su puesta en marcha. El nuevo protocolo suprime el límite de edad, fijado hasta ahora en los 80 años, y amplía a seis horas el plazo máximo recomendable para su activación.

 

Así lo ha anunciado hoy el consejero de Sanidad, Francisco del Busto, durante su comparecencia en la Junta General del Principado, en la que ha asegurado que se está ejecutando  “un ambicioso plan de formación, presencial y a distancia, cuyo objetivo es actualizar los conocimientos y habilidades sobre el nuevo Código ictus”. Del Busto ha explicado que su finalidad es “fomentar las actitudes necesarias para implantar los nuevos protocolos, incluido el de teleasistencia, de modo que se consiga la identificación precoz de este tipo de casos y la aplicación del tratamiento y de los cuidados adecuados”. Y hacerlo, ha añadido, “en tiempos óptimos y de manera coordinada a lo largo de todas las fases asistenciales”.

 

Para ello, todos los grupos y categorías profesionales que podrían intervenir en algún momento del proceso deberán participar de este aprendizaje, lo que incluye, fundamentalmente, al personal sanitario, médicos y enfermeras sobre todo, de Atención Primaria; el Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU), y los servicios de urgencias y hospitalarios responsables de la asistencia a esta patología.

 

Este plan de formación, elaborado a partir de las propuestas del grupo de trabajo que ha revisado el protocolo, incluye sesiones clínicas para Atención Primaria y los servicios hospitalarios que ya se están impartiendo; cursos sobre el proyecto de teleictus para el SAMU y los servicios de urgencias y medicina interna de las áreas sanitarias I (Jarrio), II (Cangas del Narcea) y VI (Oriente), donde se implantará la teleasistencia, y también para los servicios de neurología de las áreas IV (Oviedo) y V (Gijón), ya que serán los de referencia para la teleasistencia. Todos los cursos estarán respaldados por la Comisión de Acreditación de Formación Continuada de Profesiones Sanitarias del Principado de Asturias. Actualmente se está diseñando un plan de formación online que se pondrá en marcha a comienzos del próximo año.

 

Esta estrategia se acompañará con campañas de información dirigidas a la población general y orientadas a que la ciudadanía sepa reconocer cuándo una persona puede estar sufriendo un ictus y cómo actuar en ese caso.

 

Medios materiales y humanos

 

El consejero ha asegurado también que los medios necesarios para la aplicación del nuevo protocolo “ya se están implementando a un ritmo que nos permita ponerlo en marcha a comienzos de 2018”. Entre ellos destaca  la mejora de la dotación de personal del centro de coordinación de urgencias, al que se incorporarán cinco operadores y dos médicos de refuerzo. Además, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) contará con un segundo médico adjunto de guardia de neurología y se ampliará su unidad de ictus tanto en el número de camas como de medios humanos.

 

Por su parte, el Servicio de Salud del Principado (Sespa) incorporará los medios técnicos para la implantación del teleictus, de manera que los ocho hospitales cabecera de área, junto con el de Jove, puedan conectarse entre sí, lo que supone la adquisición de un sistema de videoconferencia con cámaras de alta resolución.

 

Con los cambios que introduce el nuevo Código ictus, el segundo desde su implantación, se consigue el triple objetivo de atender a un mayor número de pacientes, reducir las secuelas que se producen tras un accidente cerebrovascular, mayores cuanto más se demora la intervención, y mejorar la equidad territorial.

 

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