El Nuevo Molino y El Serbal abren el resutaurante Chang Singapur

El Nuevo Molino y El Serbal abren el resutaurante Chang Singapur

La carta de Chang, La Ventana en español, incluye platos que sirven en estos dos establecimientos cántabros con Estrella Michelín y nuevas creaciones a partir de las materias primas del país asiático

Confían en la buena acogida de su propuesta ya que el público de Singapur es muy abierto a probar nuevas experiencias gastronómicas

 

El pasado 25 de mayo abrió sus puertas en la capital de Singapur el restaurante Chang, que en español significa ‘Ventana’, y que dirigen dos de los cinco establecimientos con Estrella Michelín de Cantabria: El Serbal, en Santander, y El Nuevo Molino, en Puente Arce. La idea es ofrecer alta cocina española a un público, como el de Singapur, siempre abierto a probar cosas nuevas, con platos que ya servían en ambos restaurantes y nuevas creaciones a partir de las materias primas que se han encontrado en el país asiático.

El Serbal y El Nuevo Molino habían recibido propuestas para abrir nuevos restaurantes en Madrid, Valencia u Oporto, pero no ha sido hasta ahora cuando se han decidido a montar un nuevo negocio fuera de nuestras fronteras. Tuvo mucho que ver el público de Singapur, “gente muy abierta a conocer cosas nuevas, más incluso que en grandes ciudades como Nueva York o Londres; muy inquieta a la hora de probar nuevos platos”, como apunta Rafael Prieto, director de El Serbal y el Nuevo Molino. También pesó a la hora de asumir el proyecto la propuesta llegada de manos del empresario surcoreano Moon Chang, quien había ocupado cargos directivos en la multinacional Samsung y que ahora dirige varios negocios, entre ellos, empresas de restauración como ésta.

Chang, que da nombre al nuevo restaurante en Singapur y que en español significa ‘Ventana’, coincidió con los responsables de los dos restaurantes cántabros en unas jornadas gastronómicas en Bangkok. Allí probó su cocina y, tanto le gustó, que viajó a Santander a conocerla mejor. Les propuso colaborar con el negocio en Singapur ya que, como explica Prieto, “la idea que él tenía coincidía con nuestra idea de gastronomía”. Tras una estancia de una semana de los restauradores cántabros en Singapur, para conocer el local, el país y las posibilidades que les ofrecía, el proyecto salió adelante y el restaurante abrió sus puertas el pasado jueves 25 de mayo.

Lo hizo en un local que ya funcionaba como tal pero al que, como añade el director de El Serbal y El Nuevo Molino, “hemos cambiado el concepto de carta, el servicio, etcétera”. También, la decoración, con un toque más europeo. Un entorno en el que un equipo dirigido por personal español (jefe de cocina, segundo de cocina, jefe de sala y sumiller), al que se suma personal del país asiático, servirá platos de la carta de El Serbal, como el Calamar confitado en aceite de café, praliné de piñones y caldo de citronella; de El Nuevo Molino, como la Carrillera de Wagyu en su jugo con verduritas; y platos nuevos que han creado a partir de las materias primas que se han encontrado en Singapur. La carta de vinos está integrada fundamentalmente por una selección de vinos españoles, aunque también se pueden degustar caldos de otras zonas.

Los responsables de El Serbal y El Nuevo Molino no han tenido que adaptarse al gusto de la clientela de Singapur, salvo reducir el contenido en sal de los platos ya que allí se cocina con menos sal. No en vano, es “gente muy abierta a probar cosas nuevas” y no se retrae a la hora de acudir a restaurantes nuevos, y más si cuentan o están dirigidos por cocineros distinguidos con una Estrella Michelín. Todo lo contrario. “La gente se entera de que abre un nuevo restaurante y piensa ‘Vamos a probarlo’”.  También los habitantes de la capital asiática tienen un poder adquisitivo medio-alto, muy por encima del español: allí el sueldo de un trabajador medio es de unos 58.000 euros. Teniendo en cuenta todas estas circunstancias, el éxito de Chang está asegurado.

El objetivo de El Serbal y El Nuevo Molino con esta nueva aventura gastronómica en el país asiático no son los premios, como las Estrellas Michelín con las que ya han sido distinguidas sus propuestas gastronómicas en Cantabria. Como asegura Rafael Prieto, “nuestro objetivo es disfrutar con lo que hacemos. Hacer nuestro trabajo lo mejor posible y que el cliente se sienta bien atendido, esté como en casa y que se vaya de allí con la idea de volver otro día. Y después si se hacen las cosas bien, los premios ya vendrán”.

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