Zoellick dice que “se acabó el tiempo de salir del paso” y "todos debemos ser responsables"

Zoellick dice que “se acabó el tiempo de salir del paso” y "todos debemos ser responsables"

CIUDAD DE WASHINGTON. El presidente del Grupo del Banco Mundial, Robert B. Zoellick, dijo que “se acabó el tiempo de salir del paso” y que es necesario que todos los países se conviertan en “actores responsables” de la economía mundial. Ellos deben adoptar medidas respecto de los problemas actuales mientras se preparan para los desafíos del futuro y tienen que resolver las cuestiones nacionales con miras a configurar un sistema internacional saludable.

 

En un discurso en la Universidad George Washington titulado "Más allá de la ayuda", Robert B. Zoellick señaló que el mundo tiene que reconocer las nuevas realidades que eran inimaginables en 1944 cuando se creó el Banco Mundial y pasar a un sistema mundial que integre a los países desarrollados y en desarrollo, la innovación, la inversión privada, y el 50% de la población mundial que con demasiada frecuencia se dejó de lado: las mujeres.

 

“La adaptación a este nuevo mundo consiste en reconocer que ahora todos debemos ser actores responsables”, dijo Zoellick, usando un término que él usó por primera vez en 2005 al referirse al papel emergente de China en el sistema mundial.

 

“Se acabó el tiempo de salir del paso”, dijo días antes de las Reuniones Anuales del Banco Mundial que tendrán lugar la semana próxima. “Si no nos adelantamos a los acontecimientos, si no nos adaptamos al cambio, si no nos ponemos por encima  de las tácticas políticas cortoplacistas, ni reconocemos que el poder va acompañado de responsabilidades, nos encontraremos a la deriva en corrientes peligrosas. Esa es la enseñanza que la historia nos deja a todos, a las economías tanto desarrolladas como emergentes”.

 

Zoellick afirmó que el mundo cambió radicalmente desde 1944, cuando se creó el sistema de Bretton Woods para la economía mundial. Los países en desarrollo ya no son dependencias coloniales sino que  tienen una participación creciente en la economía mundial, incluso en el comercio sur-sur y el intercambio de conocimientos. Su opinión acerca de cómo debe funcionar el mundo adquiere cada vez más importancia y proporcionan soluciones de desarrollo a los demás, sin dejar de ser el hogar de miles de millones de personas pobres.

 

 

“La nueva ‘normalidad’ será ‘fuera de lo normal’. La nueva normalidad será dinámica, no rígida, y habrá más países en alza que configurarán el sistema multilateral. Posiblemente algunos Estados también tendrán dificultades. Las economías en alza se unirán a nuevas redes en diversas combinaciones y modalidades en constante cambio. Estas nuevas redes  están desplazando a las jerarquías del pasado”, puntualizó Zoellick.

 

Sin embargo, los países desarrollados aún no han reconocido plenamente estos cambios y operan todavía obedeciendo a la política de "Haz lo que digo, no lo que hago”. Predican la disciplina fiscal cuando surgen grandes déficits en sus presupuestos. Promueven la sostenibilidad de la deuda, pero mantienen niveles de endeudamiento históricamente altos.

 

Tampoco están enfrentando sus problemas, lo que podría repercutir en la economía mundial. Los países europeos se resistían a las obligaciones que conllevaba una moneda única, el euro. Japón se ha resistido a introducir las reformas que podrían readecuar su desajustado modelo económico. Estados Unidos  enfrenta crecientes deudas, pero aún no hay acuerdo sobre una estrategia para eliminar los factores que conducen al endeudamiento.

 

Un mundo en el que la ayuda no sea la única solución reconoce que el viejo mundo jerárquico se ha ido y ha sido sustituido por un conjunto de relaciones que han cambiado entre los países desarrollados y en desarrollo. Es un mundo en el que las buenas políticas pueden ser más importantes que el dinero.


"El objetivo no será la caridad, sino un interés mutuo en generar más polos de crecimiento",
 dijo Zoellick. "En un mundo que avance más allá de la ayuda, la solidez de las políticas económicas del G-7 será tan importante como el porcentaje de la ayuda respecto del PIB. En un mundo que avance más allá de la ayuda, los acuerdos del G-20 sobre desequilibrios, reformas estructurales, subsidios a los combustibles fósiles o seguridad alimentaria serán tan importantes como el porcentaje de la ayuda respecto del PIB. En un mundo que avance más allá de la ayuda, los mercados emergentes avanzados asistirán a los más rezagados con su experiencia, con mercados abiertos, con inversiones y nuevos tipos de asistencia".

 

Para los países en desarrollo, avanzar más allá de la ayuda significa movilizar y aprovechar el ahorro y los ingresos nacionales de manera transparente; fomentar una fuerte participación ciudadana junto con buen gobierno, apertura y transparencia; invertir en las personas mediante educación, sólidos programas de protección social y exigir a las instituciones y los funcionarios públicos que obtengan resultados; alentar a las pequeñas empresas y la inversión privada; invertir en infraestructura para construir la base de la productividad futura, y significa invertir en conectividad y a la vez recopilar datos y difundir información porque contar con información y datos adecuados será al menos tan importante como recibir asistencia financiera.

 

“En el nivel internacional, significa generar innovación multilateral para lograr avances en el comercio abierto y las inversiones, el acceso a la energía, la seguridad alimentaria, la competencia en los servicios y el cambio climático, sin esperar siempre que se sumen todos, sino avanzando allí donde sea posible forjar coaliciones de progreso”, dijo Zoellick. “Significa utilizar el sistema multilateral —incluido el G-20— para buscar nuevas alternativas de políticas y financiamiento, en las que todos desempeñen una función”.

 

Una parte importante de avanzar más allá de la ayuda es aprovechar la promesa y el poder de las mujeres mediante la eliminación de la desigualdad de género. Para lograr esto, Zoellick propuso una "solución del 50%".

 

“No podremos liberar plenamente el potencial de la mitad de la población del mundo hasta que no se aborde en el nivel internacional el tema de la equidad; hasta que los países, las comunidades y los hogares de todo el mundo reconozcan los derechos de la mujer y cambien las reglas de la desigualdad”, afirmó Zoellick. “Si se diera a las mujeres el derecho a ser propietarias de tierras; si se les diera el derecho a poseer, dirigir y hacer funcionar una empresa; si se les diera el derecho de heredar; si se les diera mayor capacidad para obtener ingresos; si se les diera mayor control sobre los recursos de sus propios hogares, se podría mejorar la salud de los niños, se podría brindar más educación a las niñas, se podría impulsar la actividad empresarial y la productividad económica, y podríamos acercarnos a ese mundo en el que la ayuda no sea la única solución”.

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