Valeriano Gómez asegura que la solución no es establecer un contrato único

Valeriano Gómez asegura que la solución no es establecer un contrato único
  • El gasto en prestación por desempleo puede llegar a alcanzar 30.000 millones en un año
  • Las reformas más importantes no son las que se refieren al mercado de trabajo, hay otras como la reforma financiera
  • Carece de sentido que sean sólo los salarios los que tienen que controlarse

 

 

"Falta de estabilidad laboral, desequilibrio en el modelo de flexibilidad y dificultades laborales de los jóvenes, en especial de aquellos con un menor nivel de formación". Para el ministro de Trabajo e Inmigración, Valeriano Gómez, estos son los tres grandes problemas de nuestro mercado laboral, según afirmó durante el acto de inauguración del curso "La reforma laboral: luces y sombras de un debate permanente",  que hoy lunes ha tenido lugar en la Universidad Autónoma de Madrid.

 

Respecto a la tasa de estabilidad laboral, el ministro señaló que la  temporalidad de los menores de 25 años es del 59%, y que dos de cada diez contratos tienen una duración inferior a 7 días. "Esta inestabilidad provoca una elevada rotación laboral, falta de formación y baja productividad del trabajo, además de elevados costes para el sistema de protección social", añadió.

 

En este sentido el ministro afirmó que el gasto en protección por desempleo, que actualmente es de 2.500 millones mensuales, podría llegar a casi 30.000 millones en un año.

Sin embargo, la solución no es, en su opinión, establecer un contrato único porque supone un cambio radical en nuestro marco jurídico al eliminar la "causalidad de la contratación, reducir fuertemente el coste del despido y eliminar la tutela judicial de los despidos". Insistió el ministro "en que un contrato único no elimina la segmentación y, al no atacar sus causas reales, la inestabilidad laboral pervivirá".

 

En cuanto al segundo problema, Valeriano Gómez subrayó que nuestro modelo laboral ha estado obsesionado por el coste del despido y ha buscado mucha flexibilidad externa (a favor del despido)  y poca interna. "Por ello -dijo-es necesario reequilibrar este modelo con más flexibilidad interna (más estabilidad) y menos externa (menos despidos y menos rotación laboral). Y, además, con una negociación colectiva centrada en las condiciones de trabajo: más flexibilidad, más seguridad y más participación".

 

Sobre la situación de los jóvenes insistió el ministro en que era particularmente negativa, especialmente para aquellos con un menor nivel de formación. Destacó que 1.600.000 desempleados son menores de 30 años, que la tasa de desempleo de los menores de 25 años es del 46% y que 700.000 menores de 25 años no tienen el título de ESO.

 

ÚLTIMAS MEDIDAS APROBADAS

Durante su intervención Valeriano Gómez repasó las últimas medidas aprobadas por el Gobierno para corregir los problemas estructurales: la reforma laboral de 2010, la reforma de las Políticas Activas de Empleo y la reforma de la Negociación Colectiva.

 

En relación con las políticas activas el titular de Trabajo e Inmigración destacó que era muy reciente y la que más nos separaba de las políticas europeas y que España era hasta hace muy poco el único país que no tenía Agencias Privadas de intermediación en el mercado laboral.

Por lo que se refiere a la reforma de la negociación colectiva el ministro se mostró tajante al afirmar que se mantenía la ultraactividad y que lograba más flexibilidad interna para las empresas y más participación para los trabajadores. "Los que dicen que esta reforma es una reforma a medias, lo que pretenden no es que se negocie cuanto antes un convenio colectivo, sino que los trabajadores no tengan un convenio".

 

Destacó también que el pasado 26 de agosto se aprobó el nuevo contrato para la formación y el aprendizaje, que sustituye al contrato para la formación, cuyo objetivo es mejorar la cualificación profesional de los jóvenes en un régimen de alternancia de actividades formativa y laboral, que amplía las edades de referencia y reduce las cotizaciones a la Seguridad Social.

Concluyó el ministro resaltando que el mercado de trabajo no es un mercado normal al ser una institución social y lo que ha hecho el Gobierno es tratar de adaptarse en un momento de crisis financiera. Reiteró la necesidad de seguir haciendo reformas "pero las más importantes no son las que se refieren al mercado de trabajo. Carece de sentido que sean sólo los salarios los que tienen que reformarse, hay otras muchas reformas que llevar a cabo, como la del mercado financiero, vivienda…… " explicó

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