Perrito llanero cola negra, oso negro, cocodrilo de río y pájaro carpintero, ejemplos de esta fauna clave de la cadena alimenticia

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales da continuidad a los Proyectos de Conservación y Recuperación de Especies Prioritarias (PREP) que incluyen a las especies “sombrilla”, es decir, las que repercuten en la protección y el desarrollo indirecto de otras especies y sus hábitats.

Conocidas también como especies “bandera” o “paraguas”, las especies “sombrilla” reciben este nombre por su característica de proteger indirectamente al ecosistema que habitan, generalmente grandes extensiones donde se desplazan, ya que su presencia es determinante para el mantenimiento de la cadena alimenticia, de la cual forman parte la vegetación y la fauna.

En torno a las estrategias de conservación de una especie “sombrilla” se genera investigación de campo, participación y capacitación comunitaria, educación y divulgación ambiental, gestión de políticas ambientales y manejo de territorios. Su existencia es indicativa de la salud ecológica de un territorio, pero su ausencia revela pérdida de otras especies y de sus territorios, es decir, alteración o degradación de los ecosistemas y su biodiversidad.

Dado el valor ambiental de las especies sombrilla, la Semarnat atiende especialmente su protección por medio de diversos programas, lo mismo que los ecosistemas donde habita esa fauna, ya que la misma naturaleza de esos especímenes genera el cuidado de otras especies.  

Entre los primeros y más exitosos pasos en materia de conservación de las especies sombrilla están las unidades para la conservación y el manejo de la vida silvestre (UMA), que constituyen un valioso instrumento no sólo para la protección de la riqueza biológica, sino también para emprender acciones para el cuidado y la recuperación de las especies de flora y fauna que están en algún grado de peligro.

Dentro de la clasificación de especies sombrilla destaca el perrito llanero cola negra, que se distribuye en zonas semiáridas de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Aguascalientes y Jalisco. Cuando este mamífero abandona sus madrigueras, éstas son utilizadas como nidos por los tecolotes llaneros. Además, este perrito es un elemento clave del pastizal porque genera la producción primaria, densidad y diversidad florística, además de intervenir en la estructura y química del suelo.

De igual manera el oso negro, porque al ser su ámbito hogareño muy extenso, protege no sólo su hábitat sino a muchas otras especies relacionadas con este plantígrado, las cuales se benefician indirectamente de sus hábitos de vida, principalmente el venado cola blanca, el puma y los pequeños mamíferos, entre otros.

A su vez, el cocodrilo de río desempeña un papel relevante en el funcionamiento de los ecosistemas costeros lagunares, ya que al ser un depredador interviene en el control de las poblaciones de vertebrados e invertebrados, pero además incorpora nutrientes al medio acuático y mantiene abiertos los canales comunicantes de los cuerpos de agua.

Por su parte, el pájaro carpintero busca árboles debilitados o humedecidos donde cava su nido, y cuando abandona esos huecos anidan en ellos otras aves, como los trepatroncos. Además, algunas especies de murciélagos también utilizan como refugio esas oquedades, lo mismo que lagartijas, escarabajos, arañas y caracoles, los cuales aprovechan las frescas temperaturas y la humedad ambiental de su interior.

Estos ejemplares de la fauna mexicana están inscritos en diversos programas de conservación, reproducción y cuidado de sus ecosistemas. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegida impulsa, desde el inicio de este sexenio el Programa de Conservación de Especies en Riesgo, orientado a sincronizar las necesidades de conservación de la biodiversidad sin desatender las necesidades básicas del sector rural para suscitar así una sinergia de sustentabilidad.

México --junto con Indonesia, Brasil y China-- ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial en diversidad de mamíferos, es decimoprimero en aves y cuarto en plantas vasculares. Esta situación exige dar un mayor impulso al establecimiento de las UMA que permiten el aprovechamiento sostenible de las especies, así como conjuntar los esfuerzos de diferentes actores del sector ambiental y de los tres órdenes de gobierno, para contribuir de manera simultánea a la protección de las especies sombrilla y al fomento del desarrollo social de las comunidades

FOTOS: SEMARNAT