Ingenieros de la Politécnica de Madrid presentan en la UIMP un diccionario informático en lengua de signos

Ingenieros de la Politécnica de Madrid presentan en la UIMP un diccionario informático en lengua de signos

El director del Departamento de Sistemas Inteligentes Aplicados de la Universidad Politécnica de Madrid, José Gabriel Zato, y el estudiante del último año de Ingeniería y sordo signante, Francisco José Sobrino, han presentado hoy en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) un diccionario técnico que traduce alrededor de 700 términos informáticos al lenguaje de signos Español.

Se trata de una iniciativa completamente “novedosa” en España, afirmó Zato durante una rueda de prensa en Santander con motivo del Seminario ‘Signantes e inclusión social: inteligencia y seguridad para la movilidad y la comunicación accesible con atención especial a las personas signantes (sordos y sordo-ciegos), organizado por la UIMP.

 

El ingeniero aseguró que el diccionario -que se encuentra también disponible en formato electrónico- pretende mejorar las condiciones de estudio de las personas signantes, quienes, consideró, se ven obligadas a avanzar a menor velocidad que sus compañeros en carreras “difíciles” y encuentran problemas a la hora de acceder a una profesión.

 

Según explicó, la propuesta es un “intento de aproximación” a la cultura de aquellas personas que utilizan la lengua de signos, uniendo el “rigor” de los conceptos científicos con los modos y la sintaxis “particular” del idioma signante.

“El lenguaje científico abunda en definiciones abstractas”, señaló Zato, quien añadió que a la hora de confeccionar el diccionario han intentado evitar este tipo de conceptos y buscar definiciones que respondan “fielmente” a la palabra que se intenta explicar. “Traducir es recrear con otras herramientas”, apuntó.

Se trata, según subrayó, de un trabajo “serio” que ha llevado “mucho tiempo” y que necesita de una “actualización constante” para ser fiel al lenguaje “cambiante” de las nuevas tecnologías. En este sentido, hizo hincapié en que la obra no es “una biblia” sino un “ejemplo” que busca abrir un “camino” que pueda continuarse.

 

El especialista lamentó la situación de exclusión en la que se encuentran las personas sordas y sordo-ciegas, aunque se mostró optimista de cara al futuro. Recordó que algunos están empezando a acceder a la Universidad y al mercado laboral en profesiones de alta cualificación, algo para lo que son necesarios unos “conocimientos básicos” sin los cuales “el fracaso está garantizado”, concluyó

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